La lectura incestuosa de "La vida es sueño"
- Trives Sánchez, Eva
- Víctor Infantes de Miguel Director
Universidade de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 29 de setembro de 2015
- Antonio López Fonseca Presidente/a
- Esther Borrego Gutiérrez Secretario/a
- Francisco Domínguez Matito Vogal
- Ana Suárez Miramón Vogal
- Miguel Zugasti Zugasti Vogal
Tipo: Tese
Resumo
Las lecturas de La vida es sueño han venido sucediéndose desde su creación sin que ninguna de ellas haya resuelto las preguntas que el propio texto suscita, y mucho nos creemos que así habrá de seguir la situación ante un texto cuajado de espejismos, trampas e incertidumbres. Unos de estos errores radica en la duplicidad del nombre de Clorilene que encontramos en los versos 521 y 660 y es el que supone el punto de partida del presente estudio. Pese al prolífico uno del motivo incestuoso en la producción calderoniana, se ha rehuido el caso atribuyéndolo a un error del autor cuando no del impresor, y en alguna contada ocasión encontramos alguna crítica que lo considere algo más que una casualidad. Sin embargo, no existe ninguna interpretación que desarrolle el motivo a lo largo de la obra. Aferrándonos al texto encontramos algunas consecuencia interpretativas dignas de ser tenidas en cuenta. En un plano argumental, el incesto contribuye a la estructura abierta, al igual que otros asuntos que causan alguna extrañeza en el cierre de la obra como los parabienes hacia los cortesanos, el perdón al soldado rebelde o los inesperados matrimonios que harán repetirse una generación más el incesto en la corte polaca. En el plano filosófico el motivo abona el racionalismo calderoniano tan vituperado por la tradición interpretativa. La causa y la consecuencia quedan relacionadas de manera más estrecha al justificarse el encierro del príncipe con su naturaleza incestuosa. La obra supone un camino de superación para el héroe en que escena tras escena descubre la verdad en espera de que el hombre desnudo que representa Segismundo consiga la felicidad y el acierto por la senda ética del obrar bien. Por último, el motivo provoca una serie de referencias históricas y políticas que no deben obviar las críticas que Calderón destina al influjo del poder en la naturaleza humana, que no se detiene ante ninguna de las bajas pasiones que tuercen el recto camino que le corresponde a la humanidad. Por lo tanto, nos parece que lejos de obviar la duplicidad del nombre de Clorilene y que lejos de atribuirlo a error, el calderonismo debería atender este escorzo que nos presenta la obra sin que hasta entonces haya recibido la atención que se merece.