Temporalidad y presenciaensayo sobre el aparecer del tiempo
- Obsieger, Bernhard Robert Eduard
- Ramón Rodríguez García Director/a
Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid
Fecha de defensa: 27 de enero de 2015
- Jose Luis Pardo Torío Presidente/a
- Rogelio Rovira Madrid Secretario/a
- Agustín Serrano de Haro Martínez Vocal
- Javier San Martín Vocal
- Alejandro Gustavo Vigo Pacheco Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El análisis fenomenológico de la conciencia del tiempo no sólo tiene que dar cuenta de nuestra experiencia del tiempo de los objetos, sino también de la autoconciencia en la que percibimos la duración y sucesión de nuestra propia vida consciente. ¿Cómo es posible que la conciencia se capte a sí misma en su propio curso temporal, percibiendo todavía sus fases que acaban de transcurrir y anticipando su futuro próximo? Husserl llegó a bosquejar una solución a este problema que comprende el río de la conciencia como un acontecer que difiere esencialmente de un proceso temporal en sentido ordinario. Con todo, Husserl pronto renunció a su tesis central de una auténtica autopercepción del río de la conciencia para volver a la concepción tradicional de la conciencia del tiempo como una representación presente de un pasado ausente. El tema fundamental de mi tesis es la inadecuación entre los resultados de Husserl y el marco teórico heredado en el que quiso encajarlos. Las tres primeras partes del trabajo consisten en estudios de los tres textos clásicos en que surge la concepción tradicional de la relación entre el tiempo y la conciencia. La primera parte se dedica a restituir la comprensión originaria de la estructura del flujo temporal como unidad de identidad y diferencia, tal como se pone de relieve en los fragmentos de Heráclito, frente a la interpretación platónica. En la segunda parte, que versa sobre el tratado aristotélico del tiempo (Física IV, 10-14), sigo los pasos de Bergson poniendo de relieve que la noción del tiempo cósmico que elabora Aristóteles entraña una espacialización del tiempo y no refleja la estructura temporal de los procesos no-espaciales de nuestra vida consciente. La tercera parte consiste en un estudio del libro XI de las Confesiones de san Agustín, donde se elabora la concepción clásica de la conciencia del tiempo. La posibilidad de una experiencia y comparación directa de magnitudes temporales y la exterioridad mutua de los tiempos sucesivamente presentes son los dos motivos que le permiten a san Agustín comprender la duración de la conciencia al modo de una magnitud extensiva. San Agustín incluso llega a sostener que el ¿lugar¿ en que únicamente puede existir la extensión temporal es la conciencia o el alma. Sin embargo, la exterioridad mutua de los tiempos pronto le lleva a interpretar la presencia anímica del tiempo en términos de una representación suya. Esta concepción constituye el punto de partida de Husserl. En la cuarta parte llevo a cabo una reconstrucción del desarrollo de la fenomenología de la conciencia del tiempo en Husserl, centrándome en la fase decisiva de 1904 a 1911. Mi objetivo es librar los análisis fenomenológicos de Husserl de su marco ontológico tradicional. Intento mostrar cómo la unión entre identidad y transición continua, puesta de relieve por Husserl en el manuscrito de Seefeld, puede dar la clave para comprender la estructura de ¿flujo heraclíteo¿ de la conciencia del tiempo. El modo en que la identidad permanente de las fases de este flujo se une a una diferencia insuperable también arroja luz sobre la posibilidad de que el río de la conciencia aparezca en la reflexión como una extensión temporal. Así se explica por qué la radical no-espacialidad del río de la conciencia no impide que este río se deje considerar también como una multiplicidad extensiva