Scaling methods, health preferences and health effects
- Cubí Mollá, Patricia
- Carmen Herrero Blanco Director
Defence university: Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante
Fecha de defensa: 16 March 2009
- José Luis Pinto Prades Chair
- Elena Martínez Sanchis Secretary
- Han Bleichrodt Committee member
- Juan Oliva Moreno Committee member
- María Seguí Gomez Committee member
Type: Thesis
Abstract
El análisis de los estados de salud experimentó un vuelco muy significativo durante la segunda mitad del siglo XX. Básicamente, podemos destacar tres directrices principales: el establecimiento de un nuevo concepto de salud que incorpora elementos de calidad de vida, más allá de la simple ausencia de enfermedades; el método de clasificación de estados de salud según la valoración individual en términos de utilidad; y el creciente interés en el estudio de problemas de salud a nivel poblacional. El desarrollo de estos nuevos enfoques llevó a la creación, a su vez, de nuevas métricas para la medición de la salud. Gracias al nuevo enfoque y a las nuevas métricas, se han podido desarrollar numerosos estudios que permiten reflejar los problemas reales de salud en las poblaciones actuales. Cabe destacar un estudio realizado en 1992 por la OMS, a requerimiento del Banco Mundial, conocido como Global Burden of Disease Study. Este trabajo representa el primer intento de análisis global de los principales problemas de salud en el mundo, además de intentar evaluar sus consecuencias sobre la población mundial. Uno de los resultados más significativos del estudio fue la elaboración de un ranking que reflejaba las causas más importantes de pérdida de salud a nivel mundial y regional, en 1990, además de proyecciones de tal ranking para el año 2020. En estudios posteriores se actualizaron las estimaciones, realizando proyecciones de las causas más importantes de muerte en 2030. Es muy significativo que entre las seis principales causas de mortalidad a nivel mundial, solo precedida por cáncer, cardiopatías isquémicas, infartos, sida, e infecciones, figuren los accidentes de tráfico. Debemos pararnos a reflexionar sobre el hecho de que una de las principales causas de mortalidad no esté originada por problemas de salud, sino por causas externas. El problema de las colisiones de tráfico como causa de pérdida global de salud de la población sólo ha sido empezado a tomar en consideración recientemente. Sólo en los últimos años, y únicamente en los países desarrollados se ha empezado a concienciar a la población sobre las necesidades de medidas preventivas para atajar lo que resulta ser un problema sanitario de primera magnitud. A partir del año 2003, en la OMS han dedicado monografías específicas al análisis de este problema, y al estudio de la efectividad de algunas medidas preventivas. Si centramos nuestra atención en España, la situación es preocupante por varias razones. Por una parte, si bien en 2006 el número anual de víctimas (heridos y fallecidos) en accidentes de tráfico por cada 100.000 habitantes se sitúa en torno a 389,1 (significativamente menor que en otros países europeos, como Bélgica, Italia, Portugal, Holanda, Austria, Alemania o el Reino Unido), el número anual de fallecidos por cada 100.000 habitantes está en torno a 13,8, muy por encima de los valores de Italia, Holanda, Austria, y más que duplicando los de Alemania y el Reino Unido. Asimismo, el número de fallecidos sobre accidentados presenta un alto porcentaje, si lo comparamos con los países de nuestro entorno. En particular, estamos muy por encima de la media europea, y de las tasas de países como Portugal, Italia, Alemania o Reino Unido. Como primer paso nos planteamos la siguiente pregunta: ¿Cómo podemos cuantificar los beneficios en salud derivados de reducir la accidentalidad en las carreteras? Hay dos aproximaciones posibles: (1) Analizar el impacto en salud de las diferentes intervenciones para reducir la accidentalidad, y (2) analizar el impacto en salud de los accidentes para poder medir posteriormente los beneficios de su reducción. La selección de uno u otro camino no es trivial, ya que condiciona la metodología y las métricas a utilizar. La primera aproximación, más generalizada en los estudios coste-efectividad, tiene como ventaja importante la aplicabilidad inmediata de los resultados para la toma de decisiones de los responsables de las decisiones colectivas en la prevención de accidentes. La segunda alternativa, concentrarse en el tamaño del problema, aunque criticada por algunos autores, es de la mayor relevancia, habida cuenta que, a diferencia de lo que ocurre con la mayor parte de las enfermedades, en el caso de los accidentes de tráfico no se dispone de información fiable sobre los estados de salud previo y posterior al accidente, que permitan evaluar correctamente los beneficios potenciales de las posibles intervenciones para reducir la accidentalidad. Es por ello que en la presente tesis nos decantamos por la segunda opción. Es decir, queremos estimar cuál es el coste en salud global causado por las colisiones de tráfico. Algunos estudios previos han proporcionado descripciones del impacto de las colisiones viales sobre la salud de la población española. Entre ellos destacamos: EMAT-30, 2004; Pérez et al., 2006; Peiró-Pérez et al., 2006; Redondo et al., 2000; DGT (Dirección General de Tráfico) Estudio Piloto, 1993; DGT Análisis de Morbilidad en Madrid y Barcelona, 1994; DGT Estudio nacional multicéntrico, 2005. Estos trabajos tienen carácter principalmente descriptivo, y las medidas utilizadas por los más actuales atienden a la discapacidad funcional que el accidente causa en el accidentado. Sin embargo, varios estudios han probado la existencia de importantes consecuencias psicológicas derivadas de un proceso mórbido, como pueden ser estrés o depresión, y en especial tras un accidente de tráfico, por lo que las discapacidades en el espacio de la psicología no deberían ser obviadas. Las dificultades anteriormente señaladas nos llevan a proponer en este trabajo una nueva perspectiva, dentro del nuevo marco de salud definido por la OMS: contemplar los efectos de los accidentes en la calidad de vida del individuo; es decir, no sólo atendiendo al daño físico que el accidente ha provocado, sino centrándonos también en el posible daño psicológico así como en el posible impacto del accidente en el bienestar del accidentado. Estas tres perspectivas (física, emocional, y bienestar del accidentado) definen el concepto general al que nos referimos como estado de salud del individuo. En el momento de plantearse esta tesis, no existe en la literatura ningún estudio en el marco metodológico considerado. El objetivo principal de esta tesis es doble: por una parte, pretendemos crear el marco para analizar el impacto en la salud debido a causas externas, centrándonos en el caso de los accidentes de tráfico. Por otra parte, analizar la valoración de los estados de salud, desde una perspectiva utilitarista. En la primera parte se realizan estudios de carácter empírico. Se han aplicado métodos econométricos para analizar las pérdidas de salud crónicas, en términos de calidad de vida perdida, reportadas por aquellos que han sufrido un accidente de tráfico de carácter grave, esto es, que les haya producido limitaciones en las actividades cotidianas, durante algún periodo de tiempo. Un problema que se ha tenido que abordar, debido a la limitación de los datos, es la cardinalización de medidas categóricas, ya que se han empleado los datos provenientes de encuestas poblacionales de salud, en la mayoría de las cuales el estado de salud se describía mediante este tipo de cualificaciones. Este análisis previo nos ha permitido obtener una visión general del estado de la salud de la población, en términos de calidad de vida. En una segunda parte de la tesis, enfocamos el tema de valoración de estados de salud desde una perspectiva axiomática, reflexionando sobre la base teórica de las medidas que hemos empleado en los análisis empíricos. Este trabajo puede interpretarse como un primer paso en un proyecto más ambicioso, que comprendería puntos tan valiosos como la elaboración de una lista que reflejara los problemas de salud más significativos en España, así como la estimación de un ratio de coste-efectividad (CEA) que pudiera evaluar la eficiencia de diversas políticas referidas a temas de salud, en especial las que tuvieran como objetivo la redistribución de recursos económicos.