La acción católica de Pío XI en España. La influencia de la experiencia italiana (1933-1936)
- Crovetto Posse, Fernando María
- Pablo Pérez López Director
Universidad de defensa: Universidad de Navarra
Fecha de defensa: 01 de junio de 2020
- Santiago De Pablo Contreras Presidente/a
- Rafael Escobedo Romero Secretario
- Marco Paolino Vocal
- Alvaro Ferrary Ojeda Vocal
- José Leonardo Ruiz Sánchez Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La proclamación de la Segunda República en España produjo un fuerte impacto en la mentalidad de los católicos. No todos reaccionaron de la misma manera ante lo que muchos consideraron un enemigo a batir. Pero sí puede afirmarse que su promulgación removió las aguas y fomentó respuestas. Sin ninguna duda la restauración o la implantación de la nueva Acción Católica promovida por Pío XI fue la reacción oficial eclesiástica a la nueva situación político-religioso-social en España. En efecto, el nuevo contexto político religioso permitió que el nuncio Federico Tedeschini ofreciera a Ángel Herrera Oria la presidencia de la Junta Central de la Acción Católica española para que la implantara y desarrollara siguiendo los principios de Pío XI. Este nuevo proyecto tenía unas características precisas: estructura unitaria y centralizada, dependencia de la jerarquía, y una dimensión fundamentalmente espiritual encaminada a la formación integral de los católicos. Y como aspectos relacionados, pero de los que se quería distinguir, estaban el mundo profesional-social-económico y el político. Al tratarse de una institución profundamente enraizada en la jerarquía y en su misión evangelizadora se juzgó vital alejarse de las cuestiones temporales y, por tanto, opinables como eran la política de partidos y las estructuras profesionales, como los sindicatos. Esta opción no significaba, en ningún caso, desentenderse totalmente de las cuestiones políticas y sociales, sino que el modo concreto de resolverlas no consistía el fin de la Acción Católica. Esta pretendía influir a un nivel superior: formar a las personas que después tendrían como tarea resolver la cuestión social y aportar soluciones políticas coherentes con los postulados cristianos, sin involucrar en sus decisiones a la Iglesia que se mantendría al margen de las disquisiciones de partidos. El proyecto de la Acción Católica española tuvo un modelo claro en el que inspirarse: la Acción Católica italiana, que ya había producido numerosos frutos en Italia. De ahí que la comparación entre ambas es también objeto de estudio. Como ocurre generalmente en la historia las ideas plasmadas en el papel no siempre se han trasladado con facilidad a la vida práctica, y en la aplicación de ese modelo se encontraron dificultades. En efecto, las diversas circunstancias políticas (fascismo en Italia y joven democracia en España), el mayor desarrollo y experiencia italiana en relación con la española y otros factores produjeron diferencias y matices en la aplicación de unos principios comunes. En España, además, si tenemos en cuenta la opinión del nuncio, estaba todo por hacer. Esa carencia española produjo que, durante el breve periodo republicano, los dirigentes de la Acción Católica española se centraran en formar los cuadros de gobierno para las distintas diócesis: es decir, en crear unas minorías dirigentes. Enseguida detectaron la necesidad de formar sacerdotes en el espíritu de la Acción Católica y por eso se creó la Casa del Consiliario en Madrid. Pero también fomentaron otras iniciativas para lograr lo mismo en otros campos, como el Instituto Social Obrero para formar dirigentes obreros, o los Cursos de Verano en Santander, embrión de una futura Universidad Católica, para formar intelectuales católicos. Esta prioridad no tenía un carácter elitista o clasista, sino que fue el camino que juzgaron más apropiado para llegar al mayor número de gente en el menor tiempo posible. Los problemas que llevaron a la dimisión de Ángel Herrera como Presidente de la Acción Católica, el traslado del nuncio Tedeschini a Roma y, sobre todo, el comienzo de la Guerra Civil española frenó esa experiencia de la Acción Católica española e impidió descubrir la viabilidad y eficacia del método adoptado.