Aproximación a la literatura grotesca
- Ginés Orta, Carlos
- Pol Popovic Karic Directeur/trice
- Luis Beltrán Almería Directeur/trice
Université de défendre: Universidad de Zaragoza
Fecha de defensa: 22 mai 2014
- Domingo Ródenas de Moya President
- Fedor Hlibner Daniel Secrétaire
- Luis Galván Moreno Rapporteur
Type: Thèses
Résumé
Se ha intentado hacer un estudio del grotesco en la literatura Occidental de una forma general, con una visión global, para lo cual era necesario tener en cuenta no sólo la tradición de la cultura popular y la tradición del carnaval, que tan bien estudiara Bajtín, sino toda la evolución de la cultura elevada a lo largo de los siglos, la cual, debido a las modas, a las reacciones y libertades de los artistas, a las influencias y concepción del mundo de cada momento, ha ido presentando unos u otros elementos del grotesco en la creación literaria. Ha sido necesario definir qué es el grotesco, y para poder encajar en una misma definición, en una misma estética, tan variados rasgos, tantas disciplinas y autores, separados en el tiempo y en el espacio, hemos dado una serie de rasgos definitorios para poder encontrar lo común, lo que de una forma o de otra, con más o menos evidencia e intensidad, se repite a la hora de configurar eso que llamamos grotesco. Esto nos permite ver que las modas, las influencias, la visión del mundo de los autores varían, sí, pero la esencia del grotesco permanece, por lo que se puede trazar un hilo conductor desde la antigüedad hasta nuestros días. En nuestra lista de rasgos que configuran el grotesco hemos incluido la risa; la gradación; la sátira, como arma de ridiculización; la ambivalencia; la violencia; la transgresión; la magia (o diversas fuerzas del más allá); la ambigüedad; el absurdo; ciertas marcas estéticas que integran lo inverosímil en lo verosímil, como son el sueño, la locura, el viaje, etc.; el reconocimiento (que suele ser un hecho cultural); el juego y la subversión. Bien todos ellos entrelazados, bien algunos solamente, unidos, mezclados y manipulados por el artista con diferente intensidad y tono, crean lo grotesco. Uno de los problemas principales en los estudios que se han hecho hasta ahora del grotesco es que se ha intentado a menudo dar conclusiones generales estudiando obras determinadas, escritas en épocas concretas, sin tener en cuenta la mezcla constante de estas dos corrientes que acabamos de mencionar: la tradición popular y la cultura elevada. Por lo tanto, la intensidad y el tono de los rasgos que acabamos de mencionar varían según los intereses de la época, las modas que influyen en los artistas o simplemente por la decisión del artista, el cual puede presentar voluntariamente obras abrumadoramente grotescas, como Quevedo o Valle-Inclán en nuestra literatura, o por el contrario, presentar obras donde el grotesco no es tan aparente y hay que encontrarlo en la teatralización, la tipificación, la generalización satírica o la argumentación, como hace en general la novela realista. El estudio del grotesco no está concluido. Se encuentra en un ámbito muy amplio, en muchas ocasiones resulta difícil de definir, y a menudo poner las fronteras de hasta dónde llega el grotesco es una cuestión personal. Pero se pueden separar y establecer aún más las líneas que existen entre la sátira, el grotesco o el absurdo, y combinar de otra manera los rasgos que componen esta estética. La estética del grotesco va a continuar, no está en absoluto desgastada ni concluida, pero toda nueva propuesta artística deberá acompañarse del ingenio, fantasía y capacidad de los autores literarios o artistas como ha ocurrido hasta ahora. Hemos hablado sobre todo de literatura, pintura y cine, pero hay muchas otras artes. El grotesco se encuentra por doquier, aunque sea con funciones distintas. Incluso más allá de las artes, y usando sus técnicas, lo encontramos en la publicidad, que tiene en sí misma un fin económico en primer lugar, artístico en segundo. El ingenio, la fantasía y el humor son necesarios en ese mundo tan competitivo que busca un efecto.