El estado de naturaleza en Bartolomé de las Casas
- Zorrilla Garza, Víctor
- Juan Cruz Cruz Directeur
Université de défendre: Universidad de Navarra
Fecha de defensa: 12 décembre 2009
- María Jesús Soto Bruna President
- Juan Fernando Sellés Secrétaire
- Jorge Manuel Ayala Martínez Rapporteur
- León Gómez Rivas Rapporteur
- Enrique Martínez García Rapporteur
Type: Thèses
Résumé
Para Las Casas, el estado natural del hombre es necesariamente social, en virtud de la racionalidad. Ello implica la existencia de una serie de rasgos ¿como la libertad, el dominio, la religiosidad y la cultura¿ en la naturaleza del hombre que hacen posible la vida en sociedad. Y esta sociabilidad natural del hombre ha de manifestarse, como Las Casas prueba exhaustivamente, en las distintas sociedades históricas. La naturaleza humana, sin embargo, nunca se manifiesta históricamente en su integridad, a causa de la caída original. Sólo la gracia sobrenatural puede restaurar íntegramente la naturaleza. De ahí la presencia inevitable, en las sociedades ¿naturales¿ ¿aquellas, a saber, ajenas al influjo de la Revelación¿ de taras morales que, por lo demás, pueden siempre corregirse una vez abandonado el estado meramente natural, es decir, al recibirse el mensaje evangélico. Las Casas es consciente de que este mensaje exige, por la novedad radical que implica respecto de las realidades naturales ¿a las que, sin embargo, supone¿ ser transmitido de un modo preciso, que sea adecuado a la naturaleza racional y libre de sus destinatarios. Los portadores del mensaje evangélico deben, pues, llevar una vida y utilizar unos métodos dignos de su ministerio. Y han de procurar que se implanten y se respeten, en todo momento, las condiciones políticas y jurídicas adecuadas al ejercicio del mismo; principalmente, el respeto a la libertad y a los bienes y dominios, tanto privados como públicos. En este trabajo he estudiado a detalle el desarrollo que tiene en la obra lascasiana cada uno de estos aspectos, siguiendo el siguiente esquema: En primer lugar, he considerado el estado de naturaleza en Las Casas desde tres perspectivas irreductibles entre sí y que, a mi juicio, son fundamentales para tener una idea clara del pensamiento del autor al respecto. Ellas son: (1) La vertiente aristotélica del estado de naturaleza lascasiano; es decir, el hombre considerado como animal naturalmente social; (2) El estado de naturaleza como realidad histórica; y (3) La naturaleza caída. En segundo lugar, he estudiado las implicaciones que la concepción lascasiana del estado de naturaleza tiene en el orden moral, misional, jurídico y político, en capítulos dedicados, respectivamente, a los deberes morales de los cristianos para con los pueblos en estado natural, a las condiciones del paso del estado natural al sobrenatural y al marco jurídico y político que, por un lado, ha de garantizar el cumplimiento de dichos deberes por parte de los cristianos como, por otro, facilitar el tránsito efectivo del estado natural al sobrenatural por parte de los infieles. Antes de todo ello he expuesto, en sus rasgos generales, el contexto histórico, ideológico y biográfico que motivó y, a su vez, recibió la actuación de Bartolomé de las Casas.