La escuela de Altamira. Un hito en la renovación del arte español de postguerra (1948-1952)

  1. Devesa Santacreu, Héctor
Dirigida por:
  1. Miguel Ángel Alonso del Val Director

Universidad de defensa: Universidad de Navarra

Fecha de defensa: 05 de febrero de 2016

Tribunal:
  1. Mariano González Presencio Presidente
  2. Jorge Tárrago Mingo Secretario
  3. Carlos Montes Serrano Vocal
  4. Eduardo Delgado Orusco Vocal
  5. Javier Maderuelo Vocal
Departamento:
  1. (ETSA) Teoría, Proyectos y Urbanismo

Tipo: Tesis

Teseo: 121606 DIALNET

Resumen

Héctor Devesa Santacreu La Escuela de Altamira. Un hito en la renovación del arte español de postguerra (1948-1952) La Escuela de Altamira es una iniciativa de vanguardia que promovió la renovación del arte español de postguerra. La propuesta partió de Mathias Goeritz, quien encontró en las pinturas rupestres de Altamira una inspiración para un Arte Nuevo. Sus principales impulsores fueron Pablo Beltrán de Heredia y Ricardo Gullón. El grupo aunó a pintores, escultores, poetas, historiadores, arquitectos y críticos de arte, que establecieron un puente entre la actividad de generaciones anteriores y posteriores a la Guerra Civil española. Entre sus miembros cabe destacar a Ángel Ferrant, Eduardo Westerdahl, Sebastià Gasch, Llorens Artigas –vinculados a ADLAN y al Surrealismo de preguerra–, Rafael Santos Torroella – promotor de la renovación artística catalana–, el arquitecto Alberto Sartoris o algunos de los poetas de la Generación del 36, como Luis Felipe Vivanco y Luis Rosales, entre otros. La actividad de la Escuela de Altamira se desarrolló principalmente en dos encuentros denominados “Semanas de Arte de Santillana del Mar” celebrados en septiembre de 1949 y 1950 con el patrocinio del gobernador de Santander, Joaquín Reguera Sevilla. Las propuestas de esas jornadas –publicaciones, crítica, exposiciones, etc.– renovaron el panorama del arte español, con la introducción de la abstracción y la integración de las artes a través de la arquitectura. Su actividad puede verse continuada en numerosas iniciativas oficiales como la Bienal de Arte Hispanoamericano (1951), el Museo de Arte Contemporáneo (1952) o el Congreso Internacional de Arte Abstracto de Santander (1953), y particulares como la de otros grupos posteriores como LADAC, Grupo R, Taüll, Parpalló o El Paso.