El misterio de la misericordia divina según los escritos de Santa sor Faustina Kowalska en el contexto de su tiempo y de su congregación

Resumen

En nuestros tiempos, se descubre cada vez más que la consideración detenida de las vidas de los santos y de sus escritos es una abundante y rica fuente para la investigación teológica, o sea, es un lugar teológico. El trabajo que lleva el título: "El misterio de la misericordia divina según los escritos de santa sor Faustina Kowalska en el contexto de su tiempo y de su congregación" se inscribe en esta corriente de búsquedas teológicas y muestra que en efecto, los santos y los místicos - en nuestro caso sor Faustina Lowalska (1905-1938) - aportan un material muy interesante para la teología - en esta ocasión - para reflexionar acerca de la misericordia de Dios. La tesis contiene dos partes. La primera es de carácter histórico y sirve como una amplia introducción para entender mejor el tiempo en que vivía santa Faustina (capítulo I), su vida (capítulo II) y los principales factores que influyeron sobre la esperitualidad de la mística polaca (capítulo III). La segunda parte de la tesis, la parte nuclear, quiere responder a la pregunta: ¿cómo entendió el misterio de la misericordia divina sor F. Kowalska? Con este fin presentamos primero, en el capítulo IV, las diversas fuentes del conocimiento de la misericordia de Dios en la vida de la santa polaca. Una vez comprobado que de hecho sor Faustina tuvo un conocimiento muy profundo del misterior de la misericordia divina mostramos, en el capítulo V, que dicho atributo divino constituye la misión de la vida de la santa de lo que dan testimonio, ante todo, los escritos de la mística: El Diario y su correspondencia. En el capítulo VI podemos ver cómo entendió sor Faustina la misericordia divina en relación con Dios uno y trino. El capítulo VII se centra en la persona de Jesucristo que es, según la mística polaca, la Misericordia encarnada; en Él Dios ha revelado plenamente su amor misericordioso. El último capítulo de la tesis, el octavo, lo dedicamos, aunqu