Concepción Cabrera de Armida (1862-1937)las virtudes fundamentales

  1. GRANADOS FLORES, FERNANDO
Dirigida por:
  1. Francisco Javier Sesé Alegre Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Navarra

Fecha de defensa: 21 de junio de 2006

Tribunal:
  1. Francisco Javier Sesé Alegre Presidente/a
  2. Gregorio Guitián Secretario
  3. Francisco Domingo Uriarte Vocal
  4. Rodrigo Muñoz de Juana Vocal
  5. José María Pardo Sáenz Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 316948 DIALNET

Resumen

titulo: CONCEPCIÓN CABRERA DE ARMIDA (1862-1937): LAS VIRTUDES FUNDAMENTALES RESUMEN: La hoy venerable Concepción Cabrera de Armida nació en México en el año 1862; falleció en olor de santidad, en 1937. Esposa y madre de una familia numerosa, recibió una misión precisa dentro de su vocación matrimonial: ser un reflejo del Crucificado. Este programa de vida espiritual lo llevó a cabo en su vida cotidiana de mujer casada, que supo compatibilizar con la labor de escritora de gran fecundidad espiritual, y la de ser fundadora e inspiradora de las Obras de la Cruz. El presente trabajo trata de conocer y caracterizar la espiritualidad de Concepción. Dada la extensión de su producción escrita y la amplitud de temas que trató nuestra autora, nos hemos ceñido al estudio de las virtudes, sobre todo de las teologales y la humildad. La principal fuente utilizada en nuestro trabajo ha sido su Cuenta de Conciencia, auténtico diario autobiográfico. Nuestro estudio se ha desarrollado a lo largo de dos etapas con un contenido total de ocho capítulos. La primera fase, que ha quedado recogida en los dos primeros capítulos, comprende una aproximación a la vida y obra de la venerable concepción. La segunda, se centra en las virtudes fundamentales de nuestra autora; su correspondencia al amor de Dios, la fe con que pide y la esperanza puesta en alcanzar la identificación con Jesucristo. Examinadas las tres virtudes teologales, el octavo y último capítulo abarca la virtud de la humildad, fundamento de todas las virtudes. De la lectura de los escritos de Conchita nos gustaría resaltar la profundidad doctrinal con la que aborda los diversos temas de la teología espiritual (destacamos, por ejemplo, los temas de la Santa Cruz, el Amor a la Eucaristía y a María), sin duda fruto de su propio itinerario espiritual y de su deseo por cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la santidad. Jesús la condujo a una estrecha relación con la Trinidad, y Conchita al profundizar en su reflexión sobre cada una de las Personas divinas, nos dejó por escrito un material valioso sobre el trato del alma con esté Misterio. Otra consecuencia del trato de amor que Conchita mantuvo con la Santísima Trinidad, y que supone una valiosa aportación a la espiritualidad contemporánea, es el fuerte impulso dado a la devoción del Espíritu Santo. Ella se propuso "conocerlo, estudiarlo y vivir en intimidad con Él y, como consecuencia, dedicó su vida a darlo a conocer de palabra, por escrito, con el ejemplo, con la acción y con cuantos recursos estuvieron a su alcance. Señalamos, por último, el maravilloso proceso en la vida de las virtudes de Conchita. Ella no sólo se esforzó con una vida ascética exigente, por adquirir la perfección de las virtudes fundamentales (cosa que logro en grado heroico), sino que las pidió a Dios con humildad y profundo abandono. La consecución y el ejercicio en esas virtudes, le llevó a un mayor e intenso amor a la Santísima Trinidad que se desbordó en un profundo amor al prójimo