Ambiente artístico y actividad pictórica en Navarra en el periodo de entre siglos (1873-1940)

Resum

El estudio se centra en la realidad artística en Navarra entre 1873 y 1940 con especial atención a su capital, Pamplona, aunque sin dejar de lado otras localidades como Tudela, Estella o Elizondo. Para ello, se analizan cinco factores esenciales para la construcción de un clima artístico como son la existencia de centros de formación, las ayudas institucionales y privadas a la formación artística, la presencia de vías de promoción tales como certámenes, concursos y exposiciones, la actividad de una crítica de arte y la demanda por parte de una clientela estable, pública y privada, igualmente, se presta atención a la formación y promoción de los artistas navarros en ámbitos foráneos tanto nacionales como internacionales, donde cobran especial protagonismo Madrid, Bilbao, Barcelona o París. La documentación extraída en archivos locales y foráneos, así como la revisión de una amplia hemerográfica, sustentada todo ello en la consulta de bibliografía, ha permitido estructurar el estudio en cuatro partes. La primera de ellas está dedicada a establecer el marco histórico-cultural en Navarra en el referido período. La segunda se centra en el análisis de la formación de los artistas a través de su paso por centros locales, en especial la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona, la Academia Castelruiz de Tudela y alguna academia privada, como las regentadas en la capital navarra por Rays, García Asarta y Javier Ciga, como en centros privados como la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, o la Academia Julien, en París, igualmente, en este apartado se analizan las pensiones artísticas concedidas por la Diputación de Navarra y por algunos ayuntamientos. En la tercera parte se presta atención a la promoción de los artistas navarros a través de diferentes eventos, tales como los certámenes organizados por el Ayuntamiento de Pamplona o el concurso de bocetos para el cartel de San Fermín. Se dedica atención a las exposiciones organizadas, así como a la participación en concursos y exposiciones nacionales celebradas en Madrid, Barcelona, Bilbao o París, igualmente, se trata la labor de la crítica de arte, ofreciéndose a las principales figuras y los temas que centraron su atención en torno a la tradición y la modernidad de los pintores y sus obras. Finalmente, en la cuarta parte, se ofrece un amplio capítulo dedicado a los artistas activos en Navarra durante el período estudiado, atendiendo a su formación y su promoción dentro del señalado contexto. Todo ello nos ha permitido valorar positivamente la existencia de un ambiente artístico en Navarra entre 1873 y 1940. Sin duda, la realidad del mismo no es comparable a la de otros ámbitos nacionales como Madrid, Barcelona o Bilbao, pero a través de este estudio se ofrece un panorama mucho más amplio y rico que el que se tenía hasta el momento. No obstante, Navarra ofreció la posibilidad de que los naturales de ella recibieran una primera formación artística que posteriormente sería completada en otros centros nacionales e internacionales. Este proceso fue posible, en buena medida, gracias a la política de pensiones desarrollada por la Diputación y algunos ayuntamientos, así como por personas físicas. Igualmente, Pamplona ofreció a los pintores ya formados la posibilidad de exponer sus obras y de promocionarse a través de concursos, apoyados en buena medida por una crítica de arte cada vez más activa. Finalmente, la clientela local encargó y adquirió obras, permitiendo a los pintores asentarse profesionalmente en la provincia.