Construir la abstracción actitud y estrategia del proyecto moderno
- MARTINEZ DE GUEREÑU ELORZA, LAURA
- Miguel Ángel Alonso del Val Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: Universidad de Navarra
Fecha de defensa: 2006(e)ko ekaina-(a)k 30
- Juan Miguel Otxotorena Elizegui Presidentea
- Juan Coll-Barreu Idazkaria
- José Rafael Moneo Vallés Kidea
- Beatriz Colomina Kidea
- Luis Moreno García Mansilla Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
Las obras arquitectónicas modernas pueden describirse fácilmente como ESQUELETOS, CONTENEDORES, COLLAGES, ENVOLTORIOS V CAJAS. Y aunque la arquitectura es una disciplina que nunca puede abstraerse por completo, dado que está inevitablemente sentenciada por su componente anatómico, estos términos nos han llevado a creer que la abstracción es una cualidad formal, sin embargo, si se analizan las obras "desde dentro", si dejan de tratarse como objetos y en cambio, se entienden como vehículos para la observación y la reflexión, se puede llegar a descubrir que la abstracción-el esfuerzo conceptual de los arquitectos modernos-no era un atributo que quedaba impreso en las formas arquitectónicas, sino una cualidad de las estrategias de proyecto que las hicieron posible. A través de cinco obras extraídas de un mismo contexto temporal-el Sanatorio de zonnestraal en Hilversum de Johannes Duiker (1925), la iglesia de St. Fronleichnam en Aquisgrán de Rudolf Schwarz (1928), la Villa Mandrot en Le Pradet de Le corbusier (1929), el Restaurante en el Aeropuerto de Halle-Schkenditz de Hans wittwer (1930) y la Casa del Fascio en como de Giuseppe Terragni (1932)-se ha encontrado que los rayos-X, el contorno, el juego, el ÍNDICE y el montaje, eran estrategias que desplazaban la capacidad de comunicación del objeto al sujeto, y al mismo tiempo, se referían a lo INMEDIATO, lo ESPIRITUAL, lo POÉTICO, lo IRREFUTABLE, lo INTERACTIVO, aquellos conceptos que otorgaban una cualidad a la obra arquitectónica. El estudio pormenorizado de estas cinco obras arquitectónicas demuestra que las estrategias de proyecto limitaban la arbitrariedad de las decisiones creativas de los arquitectos, ofrecían al sujeto que experimentaba la obra una herramienta de interpretación y hacían visible la idea conceptual que operaba tras el proyecto. Hoy, siguiendo las actitudes de los arquitectos modernos, deberíamos evitar conformarnos con contemplar y repetir las formas que nos han llegado como legado y en cambio, deberíamos tratar de encontrar las estrategias de proyecto que nos permitan construir la abstracción. Porque sólo ellas pueden ayudarnos a seguir creando una arquitectura que no es únicamente para el arquitecto, sino una arquitectura que le dé un papel al hombre para que participe en la creación de su significado.