La espiritualidad del sacerdote en el reciente magisterio de la iglesia

Resumen

TITULO: La espiritualidad del sacerdote en el reciente magisterio de la iglesia. resumen: 1. Desde la fe, La Trinidad llama a todos a la santidad, a la comunión, y al apostolado, en diversos servicios y ministerios, cada quien según su propio llamado personal, en vistas a la construcción del Cuerpo místico de Cristo en la caridad y santidad. La vocación sacerdotal posee una llamada peculiar a la misión y a la perfección, por la ordenación. 2. La espiritualidad del sacerdote se funda en la Santísima Trinidad: en su configuración y adhesión de amor y servicio a Cristo sacerdote y Buen Pastor, enviado por el Padre y consagrado por el Espíritu, acogiendo el misterio de la Eucaristía y la presencia ejemplar de María; y en la iglesia, en comunión y obediencia al Romano Pontífice y al propio Obispo y, en la fraternidad con los sacerdotes del presbiterio. 3. Si, para los miembros del Pueblo de Dios, hay una llamada universal a la santidad, en la que se conjugan la tensión hacia la plenitud de Cristo y la acción del Espíritu Santo, en un proceso de conversión permanente; para los sagrados ministros existe una llamada pecular a la perfección, exigida por el Bautismo y el Orden, como signo e instrumento personal de Cristo, que se expresa en el ejercicio de su ministerio, en la caridad pastoral, en comunión con el obispo y pertenencia a la iglesia particular. 4. Las virtudes del Buen Pastor, son para el sacerdote, un estilo propio de vida, como signo vivo de su presencia en la Iglesia y en el mundo. Destaca la caridad pastoral, que se realiza y se manifiesta a través en una vida de obediencia, castidad y pobreza, en un actitud de humildad y en la capacidad de llevar la cruz, a imitación de Cristo. 5. Además de los medios comunes de espiritualidad cristiana: los sacramentos, principalmente la Eucaristía y la Reconciliación; la Palabra de Dios; la piedad mariana; la oración personal y comunitaria, los sacerdotes tienen medios específicos, relacionados con su ministerio, como son la Liturgia de la Horas, los retiros y ejercicios espirituales; la dirección espiritual y la formación permanente; además de las reuniones con el Obispo y participación activa en asociaciones sacerdotales espirituales y apostólicas