Finalidad y belleza en la filosofía critica de Kant

  1. MANSUR GARDA, JUAN CARLOS
Dirigida por:
  1. Lourdes Flamarique Zaratiegui Directora

Universidad de defensa: Universidad de Navarra

Fecha de defensa: 17 de diciembre de 2004

Tribunal:
  1. Alejandro Llano Cifuentes Presidente/a
  2. Teresa Aizpún Secretario/a
  3. Miguel Bastons Prat Vocal
  4. Juan Arana Cañedo-Argüelles Vocal
  5. María Antonia Labrada Vocal
Departamento:
  1. (FFL) Filosofía

Tipo: Tesis

Teseo: 317166 DIALNET

Resumen

FINALIDAD Y BELLEZA EN LA FILOSOFÍA CRITICA DE KANT RESUMEN: Esta investigación explica la respuesta del idealismo trascendental de Kant a la idea de la belleza de la naturaleza. En el primer capítulo se presenta el Klanteamiento general del problema y se pone de manifiesto que la naturaleza humana vive -por su finitud-, encerrada en los límites de la experiencia sensible y busca de forma natural "trascenderlos" en un intento por llegar a un principio incondicionado de los fenómenos. Este papel corresponde a las ideas de la razón, dentro de las cuales está la idea de la finalidad de la naturaleza, se explica cómo cuando se cree conocer la realidad de estas ideas en sí, se genera un conflicto en la razón o dialéctica y cómo se soluciona desde el idealismo trascendental. En el segundo capítulo se recoge la interpretación que hace Kant de la belleza y su relación con la finalidad en las introducciones a la Crítica del Juicio; se explica cómo se incorpora el Juicio al sistema trascendental, y la dependencia que guarda el Juicio con la facultad del sentimiento de placer o dolor.En el tercer capítulo se explica cómo Kant "aisla" el sentimiento y se resalta su dimensión subjetiva de las sensaciones, lo cual permite el "giro copernicano" del gusto. También se "aisla" la subjetividad del gusto de la objetividad del entendimiento (conceptos) y de la facultad de desear (interés) y se ubica en la finalidad formal con la que el Juicio procede: esto es, en el acuerdo armónico de las facultades de representación, esta independencia de otras facultades permite hablar del sentimiento como "contemplación" y "máxima libertad" del Espíritu. Finalmente se explica la valoración de Kant de la belleza como símbolo de la moral. En el cuarto capítulo se explica por qué en la contemplación de la belleza hay un juicio de finalidad que reúne la naturaleza bajo unidad, pues toma la unidad de la forma de la naturaleza, que es a su vez llevada a la unidad del juego armónico de la imaginación y del entendimiento, unidad que -gracias a la unidad ideal del Juicio- va más allá de la unidad conceptual; así lo bello logra reunir en la naturaleza lo que los conceptos del entendimiento no pueden hacer. A su vez se explica el sentimiento de lo sublime en virtud de que existen elementos de la naturaleza que desbordan la unidad formal de la aprehesión. En el quinto capítulo se aborda la solución a la dialéctica de lo bello que surge de la ilusión de suponer que lo bello es una cualidad en sí del objeto; esta dialéctica le impide a la razón hallar "consuelo" en su deseo de un principio incondicionado de lo bello, y que se debate entre definir la belleza mediante conceptos unívocos o abandonarse al subjetivismo. La clave está en afirmar la unidad de la belleza como el idealismo de la finalidad, así la belleza como finalidad de la naturaleza no libera a la razón de su deseo de encontrar lo incondicionado, pero brinda al hombre una especial libertad y una reconciliación del hombre con la naturaleza, algo que en otras críticas no existe.