El confín de la representaciónel alcance del arte en A. Schopenhauer
- MICHELENA HUARTE, EDUARDO MARTIN
- Juan Cruz Cruz Director
Universidade de defensa: Universidad de Navarra
Ano de defensa: 2000
- Rafael Alvira Domínguez Presidente/a
- Lourdes Flamarique Zaratiegui Secretaria
- Antonio Heredia Soriano Vogal
- María Antonia Labrada Vogal
- Arturo Leyte Coello Vogal
Tipo: Tese
Resumo
La reflexión filosófica de Schopenhauer acerca de lo bello sienta la transparencia del mundo como representación, en virtud del desasimiento del seno de la acción y del querer, mientras asciende la visibilidad de la voluntad a un culmen sostenido, aunque sólo por momentos. Semejante epifanía -posible únicamente mediante la representación imaginaria del mundo por el arte- se produce en virtud de la transfiguración del individuo y su elevación a sujeto puro del conocimiento ante la idea u "objetualidad" inmediata y adecuada de la voluntad. La aparición nítida, a través del arte, de las ideas presentes en los objetos y el sosiego del mundo conforme al cual se presenta en la experiencia estética tanto más claro cuanto más profundo, hacen que ésta tenga valor y se busque por sí misma: lejos de una ontologización de corte clásico o platónico se trata de un estetismo transcendental. En efecto, las ideas no participan en una idea suprema de Bien inteligible . La belleza, que se resuelve en la distinción, la claridad y la precisión de la manifestación de la idea y, por tanto, la verdad, con la que se convierte, no se dicen de lo que funda la realidad de las cosas, de los único que existe y que es original en sí mismo, de lo único auténticamente real y metafísico: un querer ciego, sin fin e irresistible; sino de su imagen más esclarecida. La belleza no es un Bien metafísico ni moral, que se presente como materia de la voluntad, de la razón o de la intuición. El propio Schopenhauer advierte de que lo bello no desata el único acto moral, metafísico y libre que salva de la existencia, a saber, la negación de la voluntad.#