La virtud de la humildad en las obras de Santo Tomás
- BERMÚDEZ ONOPA, JAMES
- Tomás Angel Trigo Oubiña Director
Universidad de defensa: Universidad de Navarra
Fecha de defensa: 27 de septiembre de 2003
- José Luis Illanes Maestre Presidente/a
- Rodrigo Muñoz de Juana Secretario
- Francisco Javier Sesé Alegre Vocal
- Juan Luis Lorda Iñarra Vocal
- Tomás Angel Trigo Oubiña Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Siguiendo a Santo Tomás, muchos manuales de teología moral han considerado la humildad como una virtud anexa a la templanza y subordinada a las modestia. Como consecuencia, le han concedido más bien poca importancia, dedicándole un espacio rducido. Ello contrasta con el hecho de que la tradición cristiana siempre ha insistido en la importancia de esta virtud, haciéndose eco de la llamada expresa de Cristo a imitar su humildad: "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón" (Mt 11,19). En efecto, a diferencia de los manuales de moral, los tratados de teología espiritual han subrayado constantemente la importancia de esta virtud. Esta tesis estudia a fondo la virtud de la humildad en las obras de Santo Tomás -no sólo en la "Suma Teológica"- para individuar y hacer una valoración de los motivos por los que el Aquinate coloca la humildad como parte de la templanza y para ver si cabría situarla en otro lugar. El Trabajo consta de cuatro capítulos. El primero, "La humildad en la historia de la salvación" presenta el contexto en el que Santo Tomás entiende esta virtud. El segundo, "La naturaleza de la humildad" ofrece una análisis más filosófico de la cuestión. El tercero, "El desarrollo de la humildad" considera la humildad desde un punto de vista dinámico. Finalmente el cuarto que es el capítulo central, explora la coincidencia, distinticón y relación de la humildad con las demás virtudes. Las conclusiones a las que se llega se reduce a una: el lugar de la humildad dentro de una sistematización de las virtudes no puede ser otro que el de fundamento de todas las virtudes. Es claro que el Auinate reconoce la importancia de esta virtud, pero, al parecer, al tomar prestada una sistematización clásica de las virtudes -la de Aristóteles y Cicerón-, acaba por otorgarle un lugar que no es acorde con su importancia.