Contribuciones de la física cuántica al debate ciencia-religiónexposición crítica del pensamiento de Pascual Jordán
- del Carril, Ignacio Enrique
- Juan Arana Cañedo-Argüelles Director/a
- Javier Sánchez Cañizares Codirector
Universidad de defensa: Universidad de Navarra
Fecha de defensa: 06 de febrero de 2019
- Juan Agustín García González Presidente/a
- Rubén Herce Fernández Secretario
- José Ignacio Murillo Gómez Vocal
- Francisco José Soler Gil Vocal
- Francisco Rodríguez Valls Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Las relaciones entre ciencia y religión han sido a lo largo de los años un tanto turbulentas. En el siglo XX, entre quienes buscaban apaciguar esta situación se encontraba el físico Pascual Jordan, uno de los fundadores de la física cuántica, conocido en Alemania por su dedicación a la divulgación de la ciencia y a mostrar sus profundas consecuencias filosóficas y su compatibilidad con el pensamiento religioso. Este autor, de quien poco se conoce en el ámbito de la filosofía fuera de Alemania, aporta profundas reflexiones extracientíficas que poseen un valor propio y digno de ser tenido en cuenta a la hora de hablar de las relaciones entre ciencia y religión. Jordan declara que la ciencia había arremetido contra la religión en tres oleadas de ofensiva. La primera de ellas proviene de lo que puede llamarse la imagen copernicana del universo. La objeción consiste en haber desechado la centralidad del hombre en el cosmos contra la concepción religiosa cristiana que consideraban al hombre centro de la creación. La segunda tiene que ver con el concepto mecanicista de la naturaleza. Laplace había establecido que en el universo todos los cuerpos se mueven siguiendo rígidamente las leyes mecánicas que Newton había descubierto. Así, la mecánica se volvió la cosmovisión vigente que comprendía al cosmos como un artilugio de relojería. La tercera, vino por el lado de la Biología. La teoría de la evolución describía el desarrollo del mundo desde los seres más simples hasta el ser humano. A fines del siglo XIX, Ernst Haeckel, basándose en esta teoría, sostuvo que la única religión auténtica era la de la ciencia cuyos pilares eran el materialismo y el determinismo. Según esta concepción la realidad sólo es materia en movimiento hacia lo complejo. De aquí que él mismo denominara esta religión, Monismo. La principal consecuencia cultural que Jordan observó a comienzos del siglo XX fue una suerte de pacto de ignorancia mutua entre los científicos y la religión. Pacto que él mismo describe como una asepsia entre ambos ámbitos de la vida y la cultura. De ese modo todo científico evitará la religión y viceversa. Y quien quiera cargar sobre sí el peso de las dos visiones deberá revivir la tesis de la doble verdad. En su obra El hombre de ciencia ante el problema religioso Jordan responde a cada una de las ofensivas: A la primera, responde que el universo no posee infinitud espacial, sino que se trata de una cantidad determinada de materia en un espacio no euclidiano. Y, por otro lado, que, en este espacio inmenso, sí, pero finito, las probabilidades de que exista vida (no hablemos de vida inteligente), son tan pequeñas que se puede desechar esa hipótesis admitiendo que realmente somos especiales. A la segunda, responde amparándose en las conclusiones de la física cuántica. La naturaleza no era en el fondo determinista, sino todo lo contrario. Ese indeterminismo del seno de la materia se propaga a los cuerpos macrofísicos por la ley de los grandes números, en el caso de los seres inanimados, o por medio de centros de comando y procesos en avalancha en los vivientes. A la tercera responde, que el proceso evolutivo también se realiza por medio de eventos cuánticos aislados que se propagan en avalancha, y que, por tanto, no podemos excluir a priori la posibilidad de que Dios esté dirigiendo el devenir de esta manera. Ahora bien, en este debate no puede quedar fuera la filosofía, ya que las teorías científicas se irán modificando en el transcurso de los años, en cambio, la filosofía aporta soluciones más duraderas e integrales. La metafísica tradicional del ser, por su parte, hace contribuciones verdaderamente profundas y enriquecedoras acerca de muchos de los conceptos a los que la ciencia arriba o que a ella misma le sirven como punto de partida (p.ej. infinito, azar, causalidad, determinismo, etc.). En este sentido, el mismo Jordan acusa a la metafísica monista de empobrecer la relación y conducirla a callejones sin salida.