Valoración de la ingesta de yodo en el embarazorepercusión sobre la función tiroidea materna y neonatal, y sobre el desarrollo psicomotor

Résumé

INTRODUCCIÓN: El déficit de yodo sigue siendo en la actualidad la primera causa de retraso mental evitable a nivel mundial. En las embarazadas sanas con una ingesta adecuada de yodo el embarazo implica un incremento en los requerimientos de hormonas tiroideas. Sin embargo, en caso de déficit del oligoelemento, el organismo activa mecanismos de autorregulación conduciendo a una situación de hipotiroxinemia materna. Estudios experimentales han demostrado que la hipotiroxinemia materna en etapas precoces del desarrollo determina alteraciones irreversibles en la citoarquitectura de la corteza somatosensorial y del hipocampo, debido a que se altera el proceso de migración neuronal. OBJETIVOS: 1) Determinar si la ingesta de yodo en la población de gestantes estudiada se adecúa a las recomendaciones establecidas por la OMS. 2) Analizar si existe una relación entre la ingesta de yodo durante la gestación y la función tiroidea materna. 3) Analizar la relación entre la ingesta de yodo durante el embarazo y la TSH neonatal. 4) Valorar la repercusión de la ingesta de yodo y la función tiroidea materna durante el embarazo sobre el desarrollo psicomotor. MATERIAL Y MÉTODOS: Se reclutó una muestra de 147 mujeres en la semana 37 de gestación controladas en la Clínica Universidad de Navarra. Para valorar la ingesta de yodo se elaboró un cuestionario semicuantitativo de frecuencia de consumo de alimentos ricos en yodo, basándose en el desarrollado en 1993 por Martín Moreno et al. En la semana 37 de gestación se determinaron los niveles séricos de TSH y T4 libre en las gestantes. La TSH neonatal se obtuvo del cribado poblacional de hipotiroidismo congénito. Los hijos de las mujeres de la muestra fueron evaluados entre los 38 y 60 meses de edad mediante las escalas McCarthy de aptitudes y psicomotricidad para niños. RESULTADOS: Del cuestionario se obtiene una ingesta media de yodo de 151 µg/día y tan solo el 10,9% de las mujeres ingieren cantidades superiores a los 250 µg diarios. El 14% de las mujeres reclutadas habían seguido tratamiento con polivitamínicos ricos en yodo, frente al 86% que no lo hacían. Comparando la ingesta media del oligonutriente entre estos dos grupos de gestantes se obtuvieron diferencias estadísticamente significativas. Para valorar la ingesta de yodo, además del cuestionario, se determinó la yoduria obteniéndose una mediana de 87 µg/L y tan sólo el 19,8% se ajustaban a las recomendaciones. En cuanto a la función tiroidea, de las 147 mujeres que iniciaron el estudio, 7 fueron excluidas por presentar hipotiroidismo. Se consideró hipotiroxinemia cuando los valores de T4 libre se encontraban por debajo del percentil 10 según los valores de referencia del laboratorio de bioquímica del centro, de manera que el 54,4% de las gestantes se encontraban en esta situación. La TSH neonatal se realizó en los 140 neonatos, obteniendo en el 3,6% de ellos valores superiores a 5 µU/mL. Se evaluó el desarrollo psicomotor en 70 niños. La media del índice general cognitivo para el grupo 1 (T4 > p10) fue de 114,7 mientras que para el grupo 2 (T4 < p10) dicho valor fue de 108,6, siendo esta diferencia entre los grupos altamente significativa (p<0,001). CONCLUSIONES: 1) La mayoría de las gestantes de la muestra consumen cantidades de yodo inferiores a las recomendadas. 2) El consumo de sal yodada no es suficiente para alcanzar la ingesta recomendada. 3) Es necesario utilizar suplementos orales de yodo para llegar a dicha ingesta. 4) La mayoría de las gestantes de la muestra presentan yodurias por debajo de lo recomendado. 5) El 54% de las gestantes padecen hipotiroxinemia. 6) Según los niveles de TSH neonatal la población estudiada presenta un déficit leve de yodo. 7) Los niveles séricos de T4 libre materna se correlacionan con el desarrollo psicomotor de la descendencia.