El pensamiento de Camilo José Cela
- Vilaplana Guerrero, José Domingo
- Francisco Rodríguez Valls Director/a
- María Avelina Cecilia Lafuente Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Sevilla
Fecha de defensa: 20 de diciembre de 2017
- Juan Arana Cañedo-Argüelles Presidente/a
- Javier Hernández-Pacheco Sanz Secretario/a
- Juan Agustín García González Vocal
- Lourdes Flamarique Zaratiegui Vocal
- Miguel Acosta Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El núcleo de esta investigación radica en el intento de explorar las relaciones pensamiento-literatura en la obra de Camilo José Cela, así como identificar y discutir la génesis y el contenido de ese pensamiento propio. Entre las conclusiones que se decantan en este estudio señalo las siguientes: a) La obra literaria constituye una vía peculiar de expresión del pensamiento. Como producción artística es el resultado de una intención comprensiva y comunicativa al mismo tiempo, y por tanto portadora de una visión (bien fragmentada, bien unitaria, más o menos profunda o elaborada, más intuitiva o menos intelectualizada) del mundo en cualquiera de las múltiples dimensiones susceptibles de captar la atención obsesiva y creativa del autor. b) El pensamiento, y por tanto su reflejo en la obra literaria, adquiere su particular urdimbre en la variada y personal peripecia vital del autor, del pensador literato, en este caso. No se trata, ciertamente, de una relación causa-efecto entre vida y obra, personalidad y pensamiento, de carácter mecánico, sino más bien de un juego de sugerencias e inspiraciones que siguiendo la jugosa matización wittgensteiniana –aunque nacida para otros efectos- se muestra pero no se dice, es decir, cabe apreciarse en la investigación pero no se explicita como tal en el discurso del autor, quien en ocasiones deliberadamente las oculta. En el caso de Cela este vínculo vida-pensamiento-literatura se nos presenta perfectamente definido, sobre todo debido a la compleja personalidad que por muy diversos y no siempre evidentes motivos fue cuajando en el sobreprotegido niño, en el extraño adolescente, en el desubicado universitario, en el precoz perdedor que fue Camilo José Cela. Pensamos que toda la frenética y obsesiva actividad literaria de Cela está presidida o estimulada por esa necesidad de conjurar o incluso invertir esa temprana conciencia de perdedor; escuchémosle, si no, en esta sentencia seleccionada entre muchas otras: "Uno no debe dejarse derrotar por la vida, es preferible la carne de garito, la carne de presidio, la carne de horca que la carne de derrota". Su visión trágica del hombre, su descarnada concepción del mundo y de la vida, y su oculto anhelo de Dios; en definitiva, su irresuelto conflicto vital van a nutrir las miles de páginas que durante más de 60 años escribirá con la obsesión de quien busca sin saber si llegará a encontrar lo que necesita.