La filosofía de Marceldel idealismo al realismo, del realismo a la filosofía concreta

  1. Urabayen Pérez, Julia
Revista:
Pensamiento: Revista de investigación e Información filosófica

ISSN: 0031-4749 2386-5822

Any de publicació: 2004

Volum: 60

Número: 226

Pàgines: 115-136

Tipus: Article

Altres publicacions en: Pensamiento: Revista de investigación e Información filosófica

Referències bibliogràfiques

  • Cfr. J. P. BAGOT, Connaissance et amour. Essai sur la philosophie de Gabriel Marcel (en adelante Connaissance et amour), Beauchesne, París, 1958, 26-28.
  • Cfr. G. MARCEL, Du refus à l'invocation (en adelante RI), Gallimard, París, 1940, 74.
  • «En la última década del siglo XIX el ambiente filosófico de la Facultad de Letras en París acusa una fuerte influencia de Kant y la tradición alemana. Kant representa el punto de mayor atracción y, así, se suponen varias cuestiones fundamentales: que la propia ciencia debía hacerse bajo el régimen de los juicios sintéticos a priori y que la metafísica debía seguir el método de la ciencia física utilizado por Newton. El profesor que mostraba su adhesión incondicionada a Kant era Boutroux, discípulo de Zeller y de Kuno Fischer, a quienes había tenido como maestros en Heidelberg»: L. GONZÁLEZ, La experiencia del tiempo humano. De Bergson a Polo (en adelante La experiencia del tiempo humano), Cuadernos de Anuario Filosófico, Serie Universitaria, 134, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, Pamplona, 2001, 42. Esta situación, que se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX, es la que Marcel conoció en sus años de estudiante.
  • Si bien es cierto que el interés por la filosofía de Aristóteles había empezado a crecer en determinados ámbitos filosóficos, cuando Marcel comenzó sus estudios, en la Sorbona no recibió ninguna formación aristotélica. Así lo atestigua E. Gilson, contemporáneo y amigo de Marcel: «durante esos años, no recuerdo haber visto anunciado ni escuchado un solo curso reservado a la filosofía de Aristóteles» (E. GILSON, El filósofo y la teologia, Guadarrama, Madrid, 1959, 52). La recuperación del pensamiento aristotélico comenzó en Francia de manos de Ravaisson (quien hizo una interpretación personal del aristotelismo) y de su «discípulo» Bergson, quien realizó su tesis, en latín, sobre la física de Aristóteles: Quid Aristoteles de loco senserit, Thesim Facultati Litterarum Parisiensi, Lutetiae Parisiorum, Edebat F. Alcan, Fibiopola, MDCCCLXXXIX. Otros filósofos franceses que retomaron la obra de Aristóteles fueron Hamelin, Mansion, Duhem y Carteron.
  • Cfr. R. MARITAIN, Les grandes amitiés, Desclée, París, 1959, 50.
  • El pensamiento positivista, nacido en Francia con A. Comte, había calado en la filosofía francesa e inglesa y, aunque estaba más ligado a la enseñanza de la Escuela Normal y de la Escuela Politécnica, también había entrado en la Sorbona, precisamente de la mano de dos de sus docentes más representativos: Lévy-Bruhl y Durkheim, ambos profesores de Marcel. Respecto a Lévy-Bruhl, Levinas comenta lo siguiente: «la [filosofía] que Lévy-Bruhl profesa expresamente le remite a un empirismo muy cercano al positivismo, y en todo caso a un empirismo intelectualista» (E. LEVINAS, «Lévy-Bruhl y la filosofía contemporá nea», en Entre nosotros. Ensayos para pensar en otro, Pre-textos, Valencia, 1993, 55).
  • E. GILSON, El filósofo y la teología, 47.
  • Cfr. G. MARCEL, En chemin vers quel éveil (en adelante EVE), Gallimard, París, 1971, 81;
  • Gabriel Marcel interrogé par Pierre Boutang (en adelante GM-PB), Editions J. M. Place, París, 1977, 15.
  • Marcel describió el efecto que produjo la enseñanza de Bergson en su pensamiento como «un soplo de aire fresco»: G. MARCEL, La dignité humaine et ses assises existentielles, Aubier-Montaigne (en adelante DH), París, 1964, 13-14. Acudió a los cursos de Bergson durante dos años, en el transcurso de los cuales entabló una relación amistosa con el filósofo del élan vital. A él le dedicó su primera obra de importancia: el Journal métaphysique.
  • En 1908 Marcel dedicó un trabajo, para obtener la Diplomatura en Filosofía, al estudio de las relaciones entre las ideas metafísicas de Schelling y las de Colerigde. Este trabajo fue publicado en 1971 bajo el título Colerigde et Schelling, Aubier-Montaigne, París, 1971. Entre 1909 y 1914 escribió una serie de breves artículos y notas en las que entabló una discusión con Fichte, Jacobi y Hegel. Cfr. Fragments philosophiques (en adelante FP), Nauwelaerts, París, 1961. En 1912 publicó un artículo en la Revue de Métaphysique et de Morale titulado «Les conditions dialectiques de la philosophie de l'intuition», en el que se enfrenta a las filosofías que afirman que hay una intuición clara y neta del ser. Finalmente, la primera parte del Journal Métaphysique continúa claramente la discusión con Hegel y el idealismo. J. P. Bagot ha dedicado la primera parte de su libro Connaissance et amour. Essai sur la philosophie de Gabriel Marcel a estudiar la presencia e importancia de Kant y los pensadores postkantianos, especialmente Jacobi, en los primeros escritos de Marcel.
  • Así lo señaló el propio Wahl en un artículo dedicado al Journal métaphysique de Marcel titulado Vers le concret, publicado en Recherches philosophiques, n. o 1, 1931-1932. Levinas comenta lo siguiente: «Jean Wahl, compañero y amigo de Marcel, testigo de sus mismos fines e iniciador de los mismos comienzos» (E. LÉVINAS, «Una nueva racionalidad. Sobre Gabriel Marcel», en Entre nosotros. Ensayos para pensar en otro, Pre-textos, Valencia, 1993, 81-82).
  • Para una exposición más detallada de dicha amistad puede consultarse M. TEBOUL, «Les amitiés philosophiques de Gabriel Marcel dans les années trente», en Bulletin de l'Assotiation Présence de Gabriel Marcel, n." 11, 2001, 75-84.
  • Las divergencias personales surgieron con Raïssa y no con Jacques Maritain, de quien continuó siendo amigo mucho tiempo después de estas reuniones. Sus problemas con la señora Maritain, judía conversa al catolicismo, surgieron de lo que Marcel denominó «ultracatolicismo» de Raïssa, que miraba con condescendencia y lástima a la esposa de Marcel por ser protestante. Cfr. G. MARCEL, EVE, 156; The Philosophy of Gabriel Marcel, The Library of Living Philosophers, vol. XVIII, ed. Schilpp & Hahn, Souther Illinois University, Carbondale, 1984, 30. Las desavenencias en el plano filosófico surgieron especialmente en torno a la concepción tomista del mal como privación y a la pretensión de Maritain de que el tomismo era la única filosofía católica posible.
  • «Ce refus des méthodes traditionnelles et des systèmes se présente comme une constante de la philosophie contemporaine. Le sujet transcendantal est récusé de toutes parts. Cet esprit universel, qui définissait tout un rationalisme inspiré des mathématiques, ne semble plus aux contemporains qu'un mot vide, ou peut s'en faut»: M. M. DAVY, Un philosophe itinérant. Gabriel Marcel (en addente Un philosophe itinérant), Flammarion, París, 1959, 238.
  • G. MARCEL, FP, 116.
  • F. PECCORINI, Gabriel Marcel: la «razón de ser» en la «participación», Juan Flors Editor, Barcelona, 1959, 186.
  • G. MARCEL, RI, 1940, 13-14.
  • Marcel, que era una persona que no había recibido ninguna educación religiosa durante su infancia y adolescencia, dedica una gran atención a las condiciones de inteligibilidad de la fe (éste era el proyecto de tesis que se propuso realizar, aunque nunca lo llevó a cabo) y el amor. Estos temas son centrales en sus primeras obras, tanto filosóficas como dramáticas. Cfr. M. M. DAVY, Un philosophe itinérant, 49.
  • G. MARCEL, Journal métaphysique (en adelante JM), Gallimard, París, 1997, 9. En esto consiste el llamado «giro existencial».
  • G. MARCEL, JM, 309.
  • Marcel considera que hay ejemplos en la historia de la filosofía de pensadores que han afirmado el carácter primario de la existencia, de lo que él denomina «filosofía existencial», pero que estos intentos fueron pronto relegados por la «escolastizació n», es decir, por los discípulos. Cfr. G. MARCEL, RI, 75-76. Marcel no pretendía ser un pensador novedoso ni original
  • G. MARCEL, Être et avoir (en adelante EA), Philosophie européenne, Aubier-Montaigne, Paris, 1991, 35-36.
  • G. MARCEL, Le mystère de l'être, II (en adelante MEII), Assotiation Présence de Gabriel Marcel, París, 1997, 196.
  • Cfr. G. MARCEL, MEII, 200-201.
  • G. MARCEL, EA, 45. Esto significa que lo que Marcel denomina inmanencia del pensamiento o participación en el ser es lo que los realistas denominan intencionalidad. De ahí concluye Marcel que «la posibilidad de la definición realista de la verdad está implicada en la naturaleza misma del pensamiento»;
  • Cfr. G. MARCEL, EA, 38, 45, 117.
  • Cfr. J. L. CAÑAS, Metodología de lo transcendente en Gabriel Marcel (la fidelidad, el amor y la esperanza), Editorial de la Universidad Complutense, Madrid, 1988, 247.
  • Cfr. K. GALLAGHER, La filosofía de Gabriel Marcel (en adelante La filosofía de Gabriel Marcel), Razón y Fe, Madrid, 1968, 47.
  • A este respecto Reeves comenta lo siguiente: «thus Marcel's idea of mystery mut be understood, initially at least, in the context of his early struggles to find a conceptual pathway between purely objective and purely subjective modes of knowing»: G. REEVES, «The Idea of Mystery in the Philosophy of Gabriel Marcel», en The Philosophy of Gabriel Marcel, 248.
  • Marcel no diferencia entre la abstracción aristotélico- tomista y el entendimiento kantiano. Ésta es una herencia moderna que Marcel, al igual que Bergson, acepta sin cuestionarse su validez: «se ha perdido la noción de inmanencia del acto de conocer al diluirse la consideración del acto como enérgeia. La filosofía moderna, después del giro copernicano operado por Descartes había legado un conocimiento reducido exclusivamente al mundo sensible. La abstracción era considerada un producto del intelectualismo, en el cual se inscribe la tradición aristotélica del conocimiento por causas. También Bergson lo considera así, y tampoco en su madurez dio marcha atrás en este punto. A partir de la herencia moderna, dejando de lado el modo antiguo de concebir la ciencia, la razón lo que tenía que hacer era explicar la realidad lo mejor posible ateniéndose sólo a los datos sensibles. Bergson es hijo de su tiempo y de esa cultura moderna que concibe el conocimiento fiado solamente en la intuición sensible y desconfiado de la capacidad de generalizar de la razón»: L. GONZÁLEZ, La experiencia del tiempo humano, 72. Marcel es en este punto, como en otros muchos, muy bergsoniano. Además, la reflexión segunda o intuitiva de Marcel tiene unos rasgos similares a la intuición de Bergson, quien la califica de inmediata, infalible, teórica, simpática con la realidad y afirma que es un acto que cuesta un gran esfuerzo porque tiene que romper con los hábitos contraídos por la inteligencia.
  • CFR. L. GONZÁLEZ, La experiencia del tiempo humano, 80-84.
  • Cfr. G. MARCEL, Le mystère de l'être, I (en adelante MEI), Assotiation Présence de Gabriel Marcel, París, 1997, 167-169.
  • Cfr. G. MARCEL, Bulletin de l'Assotiation Présence de Gabriel Marcel, n. o 3, 46.
  • Respecto a su rechazo del irracionalismo puede verse la siguiente contestación marceliana a P. Boutang: «en ce qui concerne l'irrationalisme, ma position serait extrêmement nette: je tiens de plus en plus à préciser qu'on fait une erreur complète sur ma pensée si on l'interprète dans un sens irrationaliste. Il ne faut jamais oublier que le mystère, pour moi, est éclairant. [...] Pour ce qui est de l'irrationalisme, il m'est encore arrivé, il y a quelques jours, de dire ceci: "le propre de la raison est de s'interroger sur elle-même". Par conséquent, d'une certaine manière, d'être transcendante par rapport à elle-même, et je crois que cela c'est le service immense, permanent, indéfectible, que nous a rendu Kant: G. MARCEL, GM-PB, 69.
  • G. MARCEL, Position et approches concrètes du mystère ontologique (en adelante PA), Paraître, Lyon, 1995, 43.
  • G. MARCEL, GM- PB, 64.
  • Esta manera de razonar no está muy alejada del método analógico propio del realismo de Aristóteles y Tomás de Aquino. Al estudio del uso de la analogía por parte de Marcel dedica F. Riva un interesante artículo titulado «L'analogia occultata a proposito del discorso ontologico di Gabriel Marcel», en Rivista di Filosofia Neoscolastica, 3, LXXV, julio-septiembre, 1983, 457-485.
  • Cfr. G. MARCEL, MEI, 98.
  • Para designar este tipo de conocimiento Marcel adopta la expresión de Schelling de «empirismo superior». Cfr. G. MARCEL, «Regard en arrière», en Existentialisme Chrétien, Plon, París, 1947, 295-296.
  • Cfr. J. PARAIN-VIAL, Gabriel Marcel. Un veilleur et un éveilleur (en adelante Un veilleur et un éveilleur), L'âge de l'homme, 35.
  • Adúriz comenta lo siguiente: «un sondeo en nuestro ser cognoscitivo revela la existencia de capas más profundas, en que conocer no es objetivar y en que, por lo tanto, la investigación de lo metaproblemático deja de parecer absurda»: J. ADÚRIZ, Gabriel Marcel. El existencialismo de la esperanza, Espasa-Calpe, Madrid, 1949, 15.
  • Gallagher afirma que la reflexión segunda «especí ficamente es un reconocimiento de la insuficiencia de las categorías que hacen posible la reflexión primera»: K. GALLAGHER, La filosofía de Gabriel Marcel, 85.
  • A pesar de que usa el término intuición, Marcel aclara numerosas veces que la entiende como una seguridad que sostiene el desarrollo del pensamiento discursivo (cfr. G. MARCEL, PA, 48)
  • Cfr. X. TILLIETTE, «Gabriel Marcel ou le socratisme chrétien», en Philosophes contemporains, Desclée, Paris, 1962, 17.
  • A. ARTETA, «Gabriel Marcel: reflexión segunda y misterio ontológico», en Revista de Filosofía, 2. a Serie, VIII, julio-diciembre, 1985, 304.
  • Marcel fue muy claro al afirmar que no rechazaba el concepto, sino el conceptualismo; no descalificaba el uso de la razón entendida como reflexión primera, sino el abuso o intento de universalización de esta razón. Consideraba que la tendencia a absolutizar esta razón provenía de la cotidianidad propia de esta razón, que hace olvidar que, aunque es primera, no es primaria, ya que es mediación. Cfr. J. PARAIN-VIAL, Un veilleur et un éveilleur, 112-114.
  • Cfr. J. P. BAGOT, Connaissance et amour, 46-47.
  • H. COPLESTON, Historia de la filosofía, tomo IX, Ariel, Barcelona, 1980, 320.
  • Cfr. J. URABAYEN, Las sendas del pensamiento hacia el misterio del ser. La filosofía concreta de Gabriel Marcel, Cuadernos de Anuario Filosófico, Serie Universitaria, 137, Pamplona, 2001, 66-72.
  • G. MARCEL, «Testament Philosophique», en Homenaje a Xavier Zubiri, Moneda y Crédito, Madrid, 1970, 328.
  • Marcel afirmó que acudir ai misticismo era una tentación muy fuerte en su pensamiento, pero que era una tentación con la que había luchado, pues es una huida de la realidad. Cfr. G. MARCEL, Les hommes contre l'humain, Philosophie européenne, Editions Universitaires, Paris, 1991, 85.
  • J. PARAIN-VIAL, Entretiens autour de Gabriel Marcel, Cerisy-La Salle, Editions la Baconnière, Neuchâtel, 1977, 43.
  • Cfr. G. MARCEL, Entretiens Paul Ricoeur Gabriel Marcel, Aubier-Montaigne, París, 1965, 82.