Psicología positiva de la vida y los programas de intervención en la familia para promover competencias sociales

  1. Aurora Bernal Martínez de Soria 1
  1. 1 Universidad de Navarra
    info

    Universidad de Navarra

    Pamplona, España

    ROR https://ror.org/02rxc7m23

Revista:
International Journal of Developmental and Educational Psychology: INFAD. Revista de Psicología

ISSN: 0214-9877

Año de publicación: 2010

Volumen: 1

Número: 1

Páginas: 25-34

Tipo: Artículo

Otras publicaciones en: International Journal of Developmental and Educational Psychology: INFAD. Revista de Psicología

Resumen

La Psicología positiva desde la última década del siglo XX ha influido en la intervención psicológica y educativa. Se aprecia en la primacía alcanzada por la educación emocional. Esta orientación está acentuada en los programas de promoción de relaciones interpersonales. La urgencia por corregir e incluso prevenir los conflictos en diversos escenarios sociales conduce a que tales propuestas de intervención psicológica-social-educativas se expandan y sean bien acogidas. Ilustramos este fenómeno con ejemplos de programas de intervención familiar. Con ello no sólo seguimos la línea de investigación ya presentada en anteriores Congresos de INFAD (Bernal, 2007, 2009) sino que desvelamos la importancia que la Psicología positiva concede a las vivencias familiares para saber afrontar la vida y las relaciones con los demás de un modo satisfactorio. Para terminar planteamos algunas cuestiones críticas alzadas desde la teoría y desde la práctica de la intervención al aplicar la perspectiva de la Psicología positiva. Las resumimos en la siguiente proposición: para aprender a convivir se requiere regular las emociones pero también aplicar la racionalidad. La Psicología positiva se abre a planteamientos éticos y sin ellos no es posible fundamentar las categorías clave a las que recurre. Esta fusión es criticada por algunos investigadores de la psicología que acentuando los estudios experimentales estiman poco científico abordar y tener en cuenta presupuestos éticos. Sin embargo las prácticas de intervención reclaman esa coordinación de enfoques.