El trabajo como encargo divino según Leonardo Polo

  1. Sellés, Juan Fernando 1
  1. 1 Universidad de Navarra
    info

    Universidad de Navarra

    Pamplona, España

    ROR https://ror.org/02rxc7m23

Aldizkaria:
Mercurio Peruano

ISSN: 0254-8135

Argitalpen urtea: 2019

Zenbakien izenburua: Mercurio Peruano

Zenbakia: 532

Orrialdeak: 98-106

Mota: Artikulua

DOI: 10.26441/MP532-2019-E4 DIALNET GOOGLE SCHOLAR lock_openSarbide irekia editor

Beste argitalpen batzuk: Mercurio Peruano

Laburpena

En el mito heroico clásico (Ulises, el Quijote, Caperucita, Pulgarcito, el Señor de los anillos…) hay al menos estos elementos: 1) quien encarga una misión, 2) el encargado, 3) el encargo a realizar (una verdad que hay que hacer valer), 4) los peligros del camino, 5) el destinatario. De modo que siguiendo este esquema se puede decir que el trabajo humano, la tarea de nuestra vida, tiene estos elementos: 1) Dios que la encarga, 2) cada uno de nosotros, que es el encargado, 3) el trabajo distintivo de cada uno, que perfecciona al mundo, al cuerpo humano propio y ajeno, y a lo inmaterial que poseen los hombres, propio y ajeno —inteligencia, voluntad y personalidad—, 4) las dificultades propias y ajenas, 5) los destinatarios humanos y el divino. A la precedente estructura le caben dos añadidos: 6) los colaboradores —de quien asume la tarea—, pues con ellos esta se cumple mejor. ¿Qué motivo hay para aceptar colaboradores? El hecho de que también quien asume la tarea es colaborador de quien se la encarga: «antes de convocar colaboradores, está el que yo soy un colaborador del que me confía la tarea» (Polo, 2015e, p. 78); 7) «los recursos para llevarla a cabo» (Polo, 2015e, p. 78).