Una experiencia de ciudadanía
ISSN: 1137-6007
Year of publication: 2003
Issue: 72
Pages: 5
Type: Article
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Abstract
Durante el último año y sin pena ni gloria, se ha deslizado de puntillas por los medios de comunicación la Iniciativa Social de Mediación (I. S. M.) para los conflictos del agua en Aragón. Experiencia que en tiempos de sequía, también en cuanto a la visualización de vivencias de democracia y participación profundas, creo que ha supuesto un ejercicio precioso y profundo de ciudadanía. La Iniciativa Social de Mediación surgió en enero de 2002, promovida por la Fundación Ecología y Desarrollo, con la vocación de facilitar y estimular una dinámica de acuerdos que ayudaran a la reconstrucción de una visión común sobre la gestión del agua en Aragón. Vivíamos con dolor la fractura social que, escenificada en el conflicto entre el llano y la montaña, estaban generando en nuestra tierra los usos y la gestión del agua. Eran varias las propuestas que estaban en marcha desde el ámbito institucional y evidentemente nos parecían oportunas y necesarias, sin embargo creíamos que en un conflicto tan enquistado, cargado de mitos y sufrimientos, la sociedad civil podría jugar un papel importante en la resolución del mismo. Este convencimiento nos llevó a convocar a casi 40 personas, profesionales de reconocido prestigio, pero que no se habían significado de una manera explícita en el tema del agua, e invitarles -a las doce entidades que de una manera más representativa escenificaban el conflicto- a participar en esta experiencia que, después de una largo proceso de escucha y mediación, pretendía contar con un documento consensuado que recogiera los principales intereses de todas las partes... lo que, sin duda, lograría un escenario diferente para afrontar propuestas y compromisos concretos, para posteriormente ir creando mesas de trabajo a las que se incorporarían las distintas instituciones, organismos y personas que tienen responsabilidad en la gestión del agua. A pesar de la imposibilidad del acuerdo en el último momento, por motivos que quizá le corresponda a otros analizar, probablemente merezca la pena destacar dos constataciones que han constituido el eje de nuestro aprendizaje: ·Existe un conflicto en Aragón que se escenifica en el enfrentamiento entre el llano y la montaña y tiene como protagonista al agua, pero que sin duda permite una lectura más profunda y compleja. Cuando hablamos del agua en Aragón, estamos también y fundamentalmente hablando de desarrollo rural. Hablamos de dolor, de frustraciones, de odios, de fractura social y de dignidades rotas. Hablamos de desarrollo sostenible, del futuro de la PAC, de la importancia de la participación, del dolor de muchos agricultores que ven pasar los años sin poder sembrar sus tierras. Hablamos de otros usos para el agua, del fantasma del trasvase que de fondo recorre nuestro territorio... Hablamos de pasado, pero también de presente y futuro de nuestra tierra. ·Es imprescindible, para poder afrontar con seriedad el conflicto, propiciar un cambio de escenario, un clima diferente. Y para los escenarios... acostumbra a tener una sensibilidad especial la sociedad civil. Hemos sido capaces de escuchar, sin exigir renuncias a las legítimas convicciones de cada uno. Hemos acudido a cada sitio, allí donde cada uno vive los gozos y las tragedias de sus intereses, a menudo, no reconocidos. Hemos dedicado tiempos, viajes... de una forma gratuita, sin prisas, sin apriorismos... Hemos sido capaces de crear complicidades. Hemos constatado que frente a la razón de la fuerza, evidenciada por una parte en los procesos judiciales y por otra en la vigencia de leyes centenarias, existe la fuerza de la razón que se concreta de una manera prác-tica en la apuesta por el diálogo como instrumento privilegiado de resolución de conflictos... Hemos percibido que es posible ponerse de acuerdo y sumar intereses cuando se habla de necesidades, de aspiraciones, de sueños... Lo que posibilita, posteriormente, sentarse a hablar de los "cómos". Aunque parezca mentira, no hemos hablado del Pacto del Agua, ni siquiera del trasvase. Hemos hablado de regadíos y en concreto del Plan Nacional de Rega-díos, de deuda histórica, de participación, de reconocimiento, de asegurar la viabilidad económica de los regadíos actuales, de apoyo de las administraciones a la modernización... Aquí está nuestra experiencia, escrito queda el documento final... Sabemos que no son propicios tiempos, tan cerca de unas elecciones, pero quizá otros puedan recoger el testigo de un sueño que, en su día, llegamos a tocar con los dedos de las manos.