Dos propuestas para una antropología relacionalJ. Ratzinger y E. Levinas

  1. Lucas Buch
Revista:
Revista española de Teología

ISSN: 0210-7112

Año de publicación: 2020

Volumen: 80

Número: 1

Páginas: 7-32

Tipo: Artículo

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Referencias bibliográficas

  • 1 Cf. P. Donati – M.S. Archer, The Relational Subject (Cambridge 2015) 13-25.
  • 2 Sobre esta cuestión, es obligado tener presente el exhaustivo estudio de C. Bertero, Persona e comunione. La prospettiva di Joseph Ratzinger (Città del Vaticano 2014).
  • 3 J. Ratzinger, Introducción al cristianismo (Salamanca 162013).
  • 4 Id., Palabra en la Iglesia (Salamanca 1973) 165-180.
  • 6 PI, 170. Cf. IC, 153-155.
  • 8 San Agustín, De Trinitate, V.5.6.
  • 10 De este modo, por medio de dos enfoques irreductibles pero complementarios, la teología tendría acceso a “un todo a cuya unidad no tenemos acceso por la limitación de nuestro horizonte visual”, IC, 146-147; cf. 155.
  • 11 Cf. PI, 171. Esta perspectiva servirá de fundamento a la Cristología espiritual que propondrá en 1982, recogida en Miremos al traspasado (Rafaela 2007) 11-57.
  • 13 IC, 154. La dimensión comunicativa está presente ya en el término griego adoptado por los cristianos: ‘prosopon’ (pros-,hacia), cf. IC 151-152.
  • 14 Cf. IC 186-191. Sobre esta dimensión, cf. C. Izquierdo, “Jesucristo, el Redentor”, en: G. Richi Alberti (ed.), Jesucristo en el pensamiento de Joseph Ratzinger (Madrid 2011) 189-214.
  • 17 Esta es la tesis fundamental de Bertero, cf. Id., Persona e comunione, especialmente 417-436.
  • 18 J. Ratzinger, La Iglesia. Una comunidad siempre en camino (Madrid 2005) 104. El texto corresponde a una conferencia pronunciada en 1990. La dimensión corredentora o de servicio aparece también subrayada en las fórmulas de envío o en la invitación a convertirse en siervos de los demás, siguiendo su propio ejemplo. Cf. IC 210-212.
  • 20 Exponiendo la postura de san Buenaventura, con su triple cursus, explica: “el carácter personal del hombre no está incluido en el concepto general de naturaleza, sino que representa un orden propio e intermedio entre la actividad reveladora de Dios y lo meramente ’natural‘”, cf. J. Ratzinger, “Gratia presupponit naturam”, en PI, 130-146, aquí 138.
  • 24 IC, 200. El éschatos Adám es el crucificado, que da su vida por los hombres. En san Juan, la gloria y la Cruz son inseparables (cf. Jn 12,32).
  • 25 PI, 178. Cf. P. Blanco, La teología de Joseph Ratzinger. Una introducción (Madrid 2011) 134.
  • 26 PI, 188-189. Este texto procede de una conferencia pronunciada en 1970, que lleva por título: “Fundamentos antropológicos del amor fraternal”, en PI, 181-192.
  • 27 Cf. J. Ratzinger, Escatología (Barcelona 2 2017) 168-178.
  • 28 J. Ratzinger, Fe, Verdad y Tolerancia (Salamanca 2005) 212. En adelante, FVT.
  • 29 FVT, 212. También la cita anterior.
  • 31 Donati – Archer, The Relational Subject, 297.
  • 33 PI, 192; con esta frase se cierra el artículo “Fundamentos antropológicos...”.
  • 34 La necesidad de la relación para el conocimiento es una de las ideas epistemológicas centrales de IC, así como la idea de que Cristo se identifica con quienes sufren. Cf. 147-150 y 175-176. Por otra parte, la persona es para Ratzinger un ser con un nombre y un rostro, a diferencia de quien deja de ser persona, que puede ser representado simplemente por un número, como la bestia del Apocalipsis. Cf. Blanco, La teología, 130-131.
  • 35 “Levinas representa, ante todo, uno de los esfuerzos más consistentes, más admirables, por dotar al judaísmo rabínico de una filosofía a la altura de nuestra época; y este intento llega, en el ámbito reducido de sus objetivos primordiales, tan lejos, que no hay duda de que repercutirá cada vez con más intensidad en toda la filosofía y la teología del futuro”, M. García-Baró, La compasión y la catástrofe (Salamanca 2007) 69.
  • 36 F. Parra, “El tiempo, el otro y la muerte a través de Emmanuel Levinas”: Teología y vida 50 (2009) 565.
  • 37 Cf. E. Levinas, El Tiempo y el Otro (Barcelona 1993) 107-139.
  • 38 E. Levinas, “L’Ontologie est-elle fondamentale?”: Revue de Métaphysique et de Morale 6/1 (1951) 98.
  • 39 García-Baró, La compasión, 316.
  • 40 Cf. E. Levinas, Totalidad e Infinito (Salamanca 3 2016) 346-347.
  • 41 El primer artículo de Derrida recorre el pensamiento de Levinas, mientras el segundo hace una crítica sistemática de su propuesta, cf. J. Derrida, “Violence et métaphysique. Essai sur la pensée d’Emmanuel Levinas”: Revue de Métaphysique et de Morale 69/3 (1964) 322-354 y 69/4 (1964) 425-473.
  • 42 Cf. Derrida, “Violence”: Revue de Métaphysique et de Morale 69/4 (1964) 439.
  • 43 A. Pintor-Ramos, “En las fronteras de la fenomenología: el creacionismo de Levinas”: Cuadernos salmantinos de filosofía 19 (1992) 205.
  • 44 En la Nota preliminar a AE escribe: “El término esencia significa aquí el ser distinto del ente, el Sein alemán en tanto que distinto del Seiendes, el esse latino como distinto del ens escolástico. No se ha osado escribir esancia (essance, en francés), como vendría exigido por la historia de la lengua en la que el sufijo ancia (ance, en francés), procedente de antia o de entia, ha dado lugar a nombres abstractos de acción.
  • 48 Cf. AE, 88-97. Sobre el imperialismo de la conciencia, cf. 156-7 y, sobre todo, 242-245.
  • 50 AE, 264. Después de TI, la obra de Levinas es un continuo volver sobre el deslinde entre ser y lo de otro modo que ser, proponiendo la irreductibilidad de uno a otro de diferentes modos, desde perspectivas diversas o a propósito de cuestiones distintas.
  • 51 Cf. AE, 107-111. “El presente estudio intenta no pensar la proximidad en función del ser; lo de otro modo que ser, que ciertamente se extiende en el ser, difiere absolutamente de la esencia, no tiene género común con ella y sólo se nombra en el ahogo que pronuncia el extra-ordinario vocablo de más allá”, AE, 61.
  • 52 J. Peña Vial, “Lévinas y el olvido del otro”: Scripta Theologica 28 (1996/2) 552.
  • 53 AE, 132. Precisamente por eso es inquietante. Sobre la raíz de este pensamiento en la experiencia de la guerra, es interesante lo que en una ocasión escribió T. S. Eliot. A propósito de las noches en que debían refugiarse de los bombardeos en las estaciones del Metro, apunta: “I would feel the need to get out as quickly as possible, to escape all those faces gathered there, to escape all that humanity”, en A. Jacobs, The Year of Our Lord 1943 (New York 2018) 109.
  • 54 AE, 132. En cuanto a su dimensión temporal, “solo a partir de la relación ética será posible visualizar una temporalidad donde pasado y futuro tengan una significación propia y no sean mera extensión del presente de un sujeto ensimismado”, Parra, “El tiempo”, 583.
  • 57 “En la obsesión, la acusación se mueve en un acusativo absoluto bajo el cual es tomado el yo de la conciencia libre; acusación sin fundamento, ciertamente anterior a todo movimiento de la voluntad, acusación obsesiva y perseguidora. Ella despoja al Yo de su soberbia y su imperialismo dominador de mí”, AE, 178.
  • 58 “No toda espiritualidad es la de la representación (teórica, voluntaria o afectiva) en un sujeto intencional, la cual, lejos de indicar un punto de partida, remite a la unidad de la apercepción trascendental, tomada, ella misma, de toda una tradición filosófica. Pero no toda espiritualidad es necesariamente comprensión, verdad del ser y apertura al mundo”, AE, 142; cf. 183, 197.
  • 59 AE, 221, cf. 63 y las pp. 100-104. La exposición que hace Levinas en torno al testimonio desarrolla este Decir que no es el del Dicho sino el del exponerse propio de la proximidad.
  • 60 AE, 137. Sobre la sinceridad de esta subjetividad, el filósofo acude a la imagen del perro de Ulises, que le reconoce al llegar a Ítaca a pesar de su apariencia y sus discursos coherentes (cf. 137-140). La conciencia puede engañar y engañarse, pero la responsabilidad ante el prójimo pone ante él al sujeto desnudo.
  • 64 AE, 147. Esta prioridad no es temporal, sino, más bien, una condición trascendental, como propone M. L. Morgan, The Cambridge Introduction to Emmanuel Levinas (New York 2011) 126-135.
  • 65 Cf. FVT, 29-34. Ratzinger era prefecto de la CDF cuando se “rehabilitó” la figura del Maestro Eckhart, en 1992.
  • 67 J. Urabayen, “Emmanuel Lévinas”, en: F. Fernández Labastida – J. A. Mercado (eds.), Philosophica: Enciclopedia filosófica on line, URL: http://www.philosophica.info/archivo/2011/voces/levinas/Levinas.html. Consultado en diciembre de 2018.
  • 68 AE, 157. También en este punto, la responsabilidad radical puede tener su origen en la experiencia de la II Guerra Mundial. En 1943, Bonhoeffer se preguntaba quién podía mantenerse firme en unas circunstancias en que los “razonables” habían logrado enmascarar el mal en forma de necesidad e incluso de justicia.
  • 70 AE, 227. Poco antes afirma que “lo propio de todas las relaciones que se despliegan de este modo (...) es el hecho de que el retorno se designa en el ir, que la llamada se oye en la respuesta, que la ’provocación‘ que viene de Dios está en mi invocación, que la gratitud es ya gratitud por este estado de gratitud, que sería, al mismo tiempo o correlativamente, el don y la gratitud. La trascendencia de la revelación depende del hecho de que la ’epifanía‘ viene en el Decir de quien la recibe”, AE, 226-227.
  • 71 Sobre la figura materna, cf. A. Astell, “Maternal Compassion in the Thought of René Girard, Emil Fackenheim, and Emmanuel Levinas”: Contagion: Journal of Violence, Mimesis, and Culture 11 (2004/1) 21-23.
  • 75 La continua presencia del escepticismo, que acompaña a la filosofía como su sombra, es un índice de ese doble nivel y de esa ambivalencia. El enunciado sobre lo verdadero se mueve en un nivel distinto al enunciado que se dice verdadero. Cf. AE, 248-252.
  • 77 AE, 238. La prioridad de esa “comunidad de género” significaría una recaída del sujeto en la totalidad, cf. J. Urabayen, “Emmanuel Levinas y Karol Wojtyla: Dos comprensiones de la persona y una misma defensa del ser humano”: Persona y Derecho 56 (2007) 414-417.
  • 80 AE, 239. Es la misma “razón como el uno-para-el-otro” de la que habla al final del libro, haciendo referencia también al papel del Estado y la violencia, cf. 245-252.
  • 81 AE, 241. “La filosofía, precisamente en su diacronía, es la conciencia de la ruptura de la conciencia”, 245.
  • 82 AE, 242; cf. 242-245.
  • 85 Este trabajo pudo llevarse a cabo gracias a la estancia que desarrollé en el Maritain Center de la University of Notre Dame (Estados Unidos) entre mayo y agosto de 2018.