El nivel educativo como promotor de actitudes de equidad de género y condiciones igualitarias en el mercado laboral

  1. Domingo Torrecilla, Paola
Dirigida por:
  1. Marta Gil-Lacruz Director/a
  2. Ana Isabel Gil Lacruz Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Zaragoza

Fecha de defensa: 20 de julio de 2022

Tribunal:
  1. José A. Alfaro Tanco Presidente
  2. Miguel Ángel Cañete Lairla Secretario/a
  3. Jorge Alberto Conde Viéitez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

En esta tesis doctoral se describe la situación profesional de la mujer desde diferentes niveles de análisis: local, nacional e internacional. En concreto, se centra en mostrar el impacto que tiene la educación como motor de cambio social de las inequidades presentes en el mercado laboral. La educación del siglo XXI es clave en la formación de actitudes y valores de equidad en un mundo cada vez más globalizado, en el que lo local no puede entenderse sin su conexión internacional, y lo internacional también requiere de la perspectiva micro para su intervención efectiva a escala humana. La investigación se articula en torno a tres capítulos independientes que mantienen un nexo común: el análisis del mercado laboral europeo atendiendo a factores explicativos como las cohortes generacionales, el género y el nivel educativo. Para llevar a cabo el estudio, se utilizan bases de datos a nivel internacional procedentes de: la Encuesta Social Europea, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y Eurostat. Estas bases de datos proporcionan información acerca de las creencias y actitudes hacia el trabajo desempeñado por las mujeres. Además, a escala local, la calidad de vida relacionada con la salud se midió mediante la aplicación del cuestionario Whoqol-bref, diseñado por la Organización Mundial de la Salud y validado a nivel nacional e internacional. En cuanto a la estructura de la tesis, se inicia con un estudio local y continua con una muestra nacional, para finalizar con la investigación de carácter internacional. El primer capítulo se desarrolla en un barrio urbano de la ciudad de Zaragoza: Casablanca, con el objetivo de analizar cómo la actividad física refuerza cada una de las dimensiones del concepto de calidad de vida relacionada con la salud (CVRS; mental, física, social y medioambiental). Los resultados revelan que realizar actividad física aporta numerosos beneficios para la salud, tanto físicos como mentales, aunque existen diferencias importantes por sexo y grupo de edad. El área de residencia y, especialmente, la educación son dos variables que se han controlado al realizar las estimaciones. Entre los adultos encuestados, los que cuentan con educación secundaria presentan una mejor salud física y mental que aquellos con educación primaria. La influencia del nivel educativo en la promoción de la actividad física, puede deberse a su implicación en el aprendizaje de conductas activas: habilidades, conocimientos, comportamientos y actitudes que afectan a la salud y bienestar. En este sentido, la educación constituye uno de los predictores de longevidad y de calidad de vida relacionada con la salud, especialmente en las mujeres, para las que es más frecuente el diagnóstico de enfermedades mentales y de ansiedad. A su vez, los estilos de vida activos y el estado de salud de los individuos, repercuten en su nivel educativo y por extensión en sus oportunidades laborales. El objetivo del segundo capítulo es analizar las actitudes y condiciones de empleo de las mujeres españolas. De los resultados obtenidos, se infiere que el nivel educativo contribuye, especialmente en las mujeres, a adaptarse a un contexto cambiante, promueve su participación laboral y las protege de situaciones de desempleo. Mejoras en los niveles de educación y actitudes laborales más equitativas entre géneros, se correlaciona positivamente con la decisión de trabajar y negativamente con ser desempleados o realizar tareas domésticas. A pesar del progreso social logrado en materia de igualdad todavía existen notables discrepancias intergeneracionales en nuestro país. Los logros sociales de igualdad y paridad no deben darse por consolidados, ya que dependen en gran medida de que las nuevas generaciones sepan y puedan conservarlos y defenderlos. En cuanto al último capítulo, su objetivo se centra en describir las similitudes y diferencias de género en las actitudes laborales hacia las mujeres en un contexto europeo. Al priorizar el estudio del país de residencia, se busca entender si las diferencias nacionales encontradas son consecuencia de las características de la población, de los datos contextuales o de factores no observados. La edad ha resultado ser una variable especialmente relevante a la hora de interpretar la igualdad de género. Los encuestados europeos con edades más avanzadas, muestran mentalidades más conservadoras. Los porcentajes de ocupación en el mercado laboral son más elevados para hombres y mujeres con educación terciaria, frente los que tienen educación primaria que sufren en mayor medida situaciones de desempleo. Además, las mujeres con estudios primarios son con más frecuencia amas de casa. Las variables macro (bajo salario nacional, años de crisis económica y sistemas tradicionales de bienestar) también constituyen factores importantes que definen las actitudes laborales reaccionarias hacia las mujeres. Con esta investigación se ha podido constatar que, a pesar de la considerable mejora de las mujeres en el mercado laboral, en el nivel educativo y su inserción en la esfera pública, todavía es notoria su mayor presencia en los sectores de actividad con menor reconocimiento social, bajas remuneraciones y condiciones precarias de trabajo. Además, la presente tesis contempla cómo las actitudes tradicionalistas hacia las mujeres se heredan y perpetúan generación tras generación, especialmente si el nivel de instrucción formal es primario. El nivel educativo repercute en la calidad de vida relacionada con la salud, modula la influencia de las actitudes laborales hacia las mujeres y, además, presenta un impacto relevante también en el mercado laboral. En definitiva, analizar la relación entre trabajo y género, desde la perspectiva de las ciencias sociales, conlleva el desafío de explicar los cambios significativos en el tejido empresarial. Del mismo modo implica considerar la educación, el trabajo y la salud como tres pilares del progreso social.