Con él siguió el escándalo. Eduardo López Bago, periodismo, literatura y provocación durante el México finisecular en El Universal y El Correo Español (1894-1895)
- DOCAMPO JORGE, DANIEL
- Miguel Zugasti Zugasti Director
Universidad de defensa: Universidad de Navarra
Fecha de defensa: 01 de diciembre de 2022
- Víctor García Presidente/a
- Pablo Federico Martínez Gramuglia Secretario/a
- Beatriz Aracil Varón Vocal
- Manuel Prendes Guardiola Vocal
- Luis Álvarez Castro Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Eduardo López Bago, periodismo, literatura y provocación en el México finisecular en «El Universal» y «El Correo Español» (1894-1895) analiza la estancia del periodista español Eduardo López Bago en México a finales del siglo XIX. La etapa de Eduardo López Bago en México, hasta ahora no estudiada, fue breve, de apenas un año, pero intensa, formando parte de la redacción de dos de los periódicos más importantes de México, El Universal, como redactor, y El Correo Español, como director y redactor. Además, fundó y dirigió el efímero semanario satírico La Caricatura. En todos ellos se distinguió como en toda su carrera periodística por un estilo incisivo y mordaz, inclinado a buscar y cultivar el escándalo, con lo que se granjeó la enemistad de gran parte de la prensa que no rehusó el envite y denunció reiteradamente sus artículos y actitudes. De hecho, México se caracterizó en esa época por un periodismo altamente combativo que, sin duda, sorprendió por su fiereza al escritor español. López Bago consiguió casi unánimemente ser considerado un objetivo prioritario por su constantes provocaciones desde todos los ámbitos y, sin embargo, se puede decir que su manera de hacer periodismo no distó mucho de la de otros periódicos mexicanos, adaptándose rápidamente al tono bronco que campaba en la prensa de la época. Sin duda, su origen pesó en esa valoración negativa al considerarse que juzgaba México (al igual que le achacaron con otros países hispanoamericanos) desde la suficiencia y superioridad sin apenas conocer la nación y sus costumbres. Fueron especialmente célebres su crítica al público en El Universal, al que, en frase tristemente célebre, denominó «montón de tontería humana» por considerar que no entendían el naturalismo en el teatro; y, ya en El Correo Español, el artículo «Declaración» que defendía una supremacía española en México derivada de los derechos de conquista; la acusación judicial por difamación y calumnias al periodista Felipe de la Serna, rebasando una línea prohibida en el ámbito de la prensa que prefería resolver estas polémicas acudiendo a los lances de honor; y su comprometida amistad con el cubano Francisco Varona Murias que le llevó a la cárcel de Belem. Pero hay que resaltar que practicó un periodismo de alta calidad en muchos de sus textos y muy ingenioso, como, esto último, en los sueltos de «A punta de pluma y de tijera». La situación del novelista español en México a finales de enero de 1895 llegó a ser insostenible y decidió cortar por lo sano, consciente de su fin de ciclo con la pérdida de peso en la redacción de El Correo Español, con la sociedad mexicana en su contra (colonia española, sin duda, incluida) y bajo una posible promesa de Varona Murias de convertirle en redactor del periódico La Unión Constitucional de La Habana, como así sucedió. Tras esto, su nombre quedó asociado al escándalo y al estigma de los malos periodistas españoles que buscaban la confrontación entre México y España.