Atrofia de la grasa facial en los pacientes VIH+. Tratamiento mediante inyección de tejido adiposo autólogo.

  1. Fontdevila Font, Joan Xavier
Dirigida por:
  1. Esteban Martínez Chamorro Director/a
  2. José María Serra Renom Director/a

Universidad de defensa: Universitat de Barcelona

Fecha de defensa: 23 de enero de 2008

Tribunal:
  1. Francesc Vidal Marsal Presidente/a
  2. Joan Maria Viñals Viñals Secretario/a
  3. José María Gatell Artigas Vocal
  4. Antonio Bazán Alvarez Vocal
  5. Pere Domingo Pedrol Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 158825 DIALNET

Resumen

La atrofia facial (AF) en pacientes infectados por el VIH es la manifestación más visible de la lipoatrofia (LA) asociada al trastorno de lipodistrofia (LD). Su prevalencia se ha estimado en un 50% de pacientes bajo tratamiento antirretroviral y la etiología es desconocida aunque el tratamiento antirretroviral de gran actividad parece jugar un papel relevante en su patogénesis. El cambio de la fisonomía facial inducido por la LA en los pacientes VIH+ los delata, sintiéndose estigmatizados. Esto conlleva problemas psicológicos, ansiedad y depresión, problemas de relación social o una menor adherencia al tratamiento antirretroviral que aumenta el riesgo de fracaso del tratamiento.Dado que no es posible tratar la causa de la AF se ha intentado establecer un tratamiento paliativo de las alteraciones físicas. Los métodos invasivos de relleno, con implante de materiales autólogos o sintéticos, son los únicos que ofrecen una solución rápida y efectiva.HIPÓTESIS Y OBJETIVOS: Es necesario un tratamiento para la AF que sea efectivo, inocuo para el paciente y de resultados duraderos. Al no existir un tratamiento etiológico para la AF asociada al VIH podemos plantear la hipótesis que los injertos de TA autólogo pueden corregir los signos de AF de los pacientes afectos de LD asociada al VIH de una forma efectiva, inocua y duradera. PACIENTES Y MÉTODOS: Diseñamos un estudio de la concordancia entre diferentes observadores independientes para una clasificación de AF consistente en, de menor a mayor afectación, un grado 0 (G0) de normalidad, un grado 1 (G1) de pérdida del relieve malar, un grado 2 (G2) de pérdida del relieve malar junto con hundimiento de la piel por debajo del borde inferior del malar y un grado 3 (G3) en el que además de los signos anteriormente descritos se hace manifiesta la musculatura superficial de la cara. El nivel de concordancia se midió para cada categoría por separado mediante el coeficiente KAPPA.La valoración de los aspectos relacionados con la técnica propuesta se realizó mediante un estudio prospectivo de intervención de 50 pacientes con control hasta 12 meses. Se registró el estado previo de AF y tras el tratamiento mediante la escala de clasificación propuesta así como las distintas variables de la técnica quirúrgica. El TA se obtuvo de alguna zona con depósito graso subcutáneo (giba, abdomen, mamas). Para el análisis estadístico descriptivo, de las variables cualitativas y cuantitativas y de datos apareados se emplearon los tests habituales. La evolución del grado de afectación a lo largo del tiempo se evaluó mediante el cálculo de la diferencia del grado respecto el momento basal y se comparó la variación de estos cambios respecto a todo el periodo de estudio, mediante un Modelo de Ecuaciones de Estimación Generalizada ajustando por el tiempo. DISCUSIÓN: La buena concordancia entre observadores (0.68, p-valor <0.001) permite validar el método de valoración clínica, lo que supone disponer de una herramienta sencilla de valoración rápida, sin coste, para el diagnóstico y evaluación de la LA en pacientes seropositivos. Con la inyección de TA el 100% de los pacientes mostraron una mejoría significativa en el grado de AF a los 3 meses del tratamiento y esta mejoría se mantuvo estable hasta los 12 meses, no siendo evidente ninguna tendencia a la regresión. La mejoría esperada con el tratamiento se estimó 1,86 grados, es decir, de entre 1 y 2 grados.Por tanto, la infiltración de TA constituye un tratamiento relativamente seguro y duradero para la LA facial de los pacientes seropositivos, que se compara favorablemente con otras medidas o terapias no quirúrgicas y que debe ser tenido en consideración en ausencia de un tratamiento etiológico definitivo.