Alejandro SADA, Tracey ROWLAND y Rudy ALBINO DE ASSUNÇAO (eds.), Ratzinger y los filósofos. De Platón a Vattimo, Madrid: Encuentro, 2023, 523 pp., 15 x 23, ISBN 978-84-1339-161-8.

  1. José-Ángel García-Cuadrado
Revista:
Scripta theologica: revista de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra

ISSN: 0036-9764

Año de publicación: 2024

Volumen: 56

Fascículo: 1

Páginas: 225-228

Tipo: Reseña

DOI: 10.15581/006.56.1.228 DIALNET GOOGLE SCHOLAR lock_openAcceso abierto editor

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Resumen

La talla teológica de Joseph Ratzinger/Benedicto XVI es sobradamenteconocida, pero parece que los aspectos filosóficos de su pensamiento no hansido suficientemente explorados por la literatura académica. Ciertamente, elteólogo alemán no contó con un doctorado en filosofía ni una carrera acadé-mica en esa dirección (como sí la tuvo su admirado predecesor en la sede pe-trina, Juan Pablo II) pero su talante intelectual facilita que se encuentre a gus-to en el debate filosófico tanto con autores del pasado como del presente. Enefecto, Ratzinger es un magnífico teólogo y por eso está en las condiciones idó-neas para saltar al campo de juego de los filósofos y ofrecernos unos diálogosesenciales, de indudable interés y relevancia. Su confianza en la razón humana(finita, pero no por ello menos real) le cautiva hasta tal punto de que el califi-cativo de “filósofo” termina por definirle con propiedad; incluso con mayor ra-zón que a algunos “filósofos” con los que dialoga. Sus consideraciones se mue-ven siempre en el horizonte de la verdad, donde la naturaleza de las cosas nosabre a lo que es justo y, por tanto, a orientar nuestra acción (p. 464). En defi-nitiva, Ratzinger va al núcleo de la actitud primordial de todo filósofo: la con-vicción de que la razón es primordial; es decir, que lo racional es anterior a loirracional (p. 468). Un cristiano está en condiciones óptimas para hacer filoso-fía, pues no en vano su religión es la del Logos (Verdad y Palabra). A nuestroautor le gusta recordar la frase de Tertuliano: “Cristo no se llamó a sí mismocostumbre, sinoverdad” (p. 10): por eso la revelación judía se abre a la universa-lidad del pensamiento humano de todo tiempo y cultura, sin encerrarse en unaparticularidad histórica. La sabiduría, el Logos, funda la realidad, porque la ra-cionalidad y la bondad son anteriores a la irracionalidad y lo absurdo (p. 316).