Iberismosproyecciones, anhelos y expectativas peninsulares, 1848-1898
- Rina Simón, Cesar
Universidad de defensa: Universidad de Navarra
Fecha de defensa: 22 de junio de 2015
- Javier Donézar Presidente/a
- Jaume Aurell Cardona Secretario
- Juan María Sánchez-Prieto Vocal
- Sergio Carneiro Vocal
- Ignacio Peiró Martín Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La tesis doctoral aborda desde la perspectiva de la historia de las ideas políticas, las relaciones internacionales y la historia cultural los proyectos de unión o federación ibérica que irrumpieron en la península Ibérica a mediados del siglo XIX. La articulación de narrativas iberistas fue fundamental en la toma de conciencia de la decadencia peninsular y en el proceso de construcción de las identidades españolas y portuguesas a partir de criterios dicotómicos de vecindad y rechazo. En este sentido, la articulación de discursos antiibéricos e hispanofóbicos fueron fundamentales en la delimitación de la memoria historicista del patriotismo luso. Así mismo, para el horizonte identitario español, la península constituía el espacio nacional, escindido durante siglos por cuestiones dinásticas, ajenas a la voluntad de los pueblos o a su determinismo teleológico. En España y Portugal, tanto en los sectores progresistas y federales como en el liberalismo conservador, los anhelos y expectativas peninsulares fueron mecanismos de regeneración y superación de la decadencia nacional, desde una perspectiva de engrandecimiento territorial y de recuperación de los imaginarios imperiales del siglo XV y XVI. Podemos clasificar los iberismos decimonónicos, en plural, en tres etapas diferenciadas. La primera es entre 1848 y 1868, coincidente con la reformulación de los estados nacionales y la irrupción del liberalismo universalista en el contexto del avance del proceso de unificación de Italia y Alemania y la construcción de líneas de ferrocarriles que estaban reduciendo el espacio simbólico de Europa. Estas expectativas ibéricas explotaron durante el Sexenio Revolucionario español, en dos principales frentes: el primero, monárquico, se centró en el intento de entronización de D. Fernando Coburgo en España; el segundo, republicano, en la articulación de un modelo federal a escala peninsular que se extendiera al ámbito mediterráneo y europeo. Fracasados estos dos procesos, la última etapa, hasta 1898, se caracterizó por un iberismo de corte cultural que, alejado de los anhelos políticos, planteaba la existencia de una comunidad espiritual articulada en dos países diferenciados. Nos hemos acercado a este horizonte de expectativas a través del análisis de la prensa, la bibliografía, la correspondencia privada y los debates parlamentarios de la época, así como a partir de una revisión crítica y actualizada de la historiografía contemporánea sobre el tema. También cabe destacar que hemos abordado, desde una perspectiva transdisciplinar, la noción de tiempo histórico y espacio natural formulado por ambas identidades nacionales y cuestionado por los postulados iberistas. En este sentido, cabe destacar la lucha por la legitimación en el seno de las narrativas historicistas y la complejidad de la construcción de la frontera en relación a las prácticas raianas.