La subjetividad en Jean Jacques Rousseau

  1. LERMA JASSO, HECTOR
Dirigida per:
  1. Luis Fernando Múgica Director/a

Universitat de defensa: Universidad de Navarra

Any de defensa: 1998

Tribunal:
  1. Rafael Alvira Domínguez President/a
  2. María Jesús Soto Bruna Secretària
  3. Jorge Manuel Ayala Martínez Vocal
  4. Francisco Altarejos Masota Vocal
  5. José María Barrio Maestre Vocal

Tipus: Tesi

Teseo: 68823 DIALNET

Resum

Leída como una teoría de la subjetividad, la filosofía de Jean-Jacques Rousseau se explica como un intento de establecer la supremacía de lo inmediato. Es el tema en el que se funden el hombre, el artista y el filósofo en una sola subjetividad que indaga acerca del hombre y la vida, Dios y la naturaleza, el mal y su etiología, la felicidad y la mejor forma de organización política... Rousseau explica toda la realidad desde su subjetividad, desde su corazón, que es, para él, la historia de la humanidad, epifanía de Dios, espectáculo de la naturaleza y genealogía del bien y del mal. Emprende su propio psicoanálisis para mostrar, con su relato escrito, el retrato de su intimidad. De ahí que acercarse a la subjetividad en Rousseau es penetrar el alma, la vida, la subjetividad de Rousseau tal como nos la ofrece: como una tautopathy (autociencia sensible que se tiene a sí-misma como único contenido). Así, relato (sistema) y retrato (biografía) tiene un sólo propósito: la reforma moral de la sociedad a partir de su propia iluminación, conversión y reforma. Tal parece que las vicisitudes de la subjetividad de Rousseau aspiran a prefigurar las vicisitudes de las sociedades modernas. Desde la hipotética bondad del hombre natural, Rousseau realiza una deducción trascendental que, vertebrada por su iconography, funda las tesis de la desnaturalización del hombre civil, educación natural, moral sensitiva, religión natural y soberanía popular. Como teoría de la subjetividad contiene, pues, las claves de un mismo movimiento dialéctico que deviene en proyecto eudemonista múltiple: individual (Emilio), doméstico-laboral (La nueva Eloísa) y político (El contrato social).